El festival Monkey Weekend es una cita con la música más actual y con jóvenes promesas que aguardan la ocasión para dar el salto que les permita vivir de su talento como profesionales, aunque la convocatoria tiene un lado un poco más prosaico;es también un motivo de encuentro para pasarlo lo mejor posible, echar un buen rato en compañía de los amigos y bailar hasta el amanecer.

El hermano pequeño del Monkey Week se quedó en El Puerto, donde nació la original propuesta cultural como una especia de feria de muestras para dar a conocer artistas y grupos emergentes a los programadores de eventos, profesionales y cazatalentos musicales. Algunas estrellas que brillan ahora en el firmamento de la música, como Rosalía, pasaron previamente por el Monkey Weekend.

En esta quinta edición el Alhambra Monkey Weekend se ha desarrollado en dos formatos. Uno privado, que tuvo lugar en la noche y la madrugada del viernes, y que tuvo como marco el patio interior del castillo de San Marcos, donde actuaron varios grupos jóvenes y el público pudo disfrutar de un gran concierto con Los Yolos como revelación de la noche, y con las brillantes propuestas en sus diferentes estilos de Kora, Cuello y Camellos.

Una de las actuaciones del viernes en el patio del Castillo de San Marcos.

El público, muy entregado tras recuperar la posibilidad de una mayor cercanía con los artistas y con la fiesta en general, debido a la relajación de la restricciones, pudo disfrutar de una velada que se extendió hasta altas horas de la madrugada, y que quienes la vivieron califican como “vibrante y emocionante”.

En la jornada del sábado, el Monkey chico bajó de las almenas y se mimetizó con la ciudad, en lo que es de alguna forma su verdadera esencia. Regresó a las calles, a las plazas y a otros lugares con acceso libre por parte de los aficionados, como el monumental escenario de la Plaza del Castillo, el Garaje Joven de la calle Jesús de los Milagros (un clásico de esta cita con los ritmos independientes), o la Plaza de Cristóbal Colón. Otros espacios singulares siguieron reservados para los abonados.

Hay que destacar la implicación de Osborne en esta cita, en la que pone a disposición de la organización los jardines de Bodega de Mora. Aunque todos los escenarios de Alhambra Monkey Weekend tienen el denominador común de mostrar grupos y propuestas artísticas actuales, en las que se pueden hacer auténticos descubrimientos, cada uno tiene su propio ambiente y una música adecuada a su idiosincracia.

El karaoke de Los Jaguares de la Bahía sobre el tejado del bar.

En total, en esta edición del Monkey Weekend se han celebrado hasta 30 conciertos en los 11 escenarios diseminados en distintos puntos del casco histórico, con 30 artistas participantes.

En el Monkey Weekend coinciden distintas modalidades de aficionados a la música, constituyendo un evento intergeneracional, lo que es quizá otro de sus señas distintivas. De esta forma, ayer la ciudad se transformó en una gran factoría musical, acudiendo público de toda la provincia y turistas extranjeros, lo que parece natural habiendo un mayor número de escenarios para que los grupos actuaran y salas de concierto y locales colaboradores.

También se han producido algunas novedades, como la celebración de un karaoke en el tejado del Bar Andalucía, en el que el grupo Los Jaguares de la Bahía, liderado por Paco Loco, actuaron para el público, situado en la calle Fernán Caballero, que había sido cerrada previamente con unas vallas para impedir el tráfico.

Otra imagen del festival en el patio del Castillo de San Marcos.

El propietario del establecimiento hostelero, Benjamín Ruiz-Herrera, ha visto cumplida una propuesta que hizo a los organizadores del festival, para rememorar aquel icónico concierto que The Beatles ofrecieron en la azotea del edificio de Apple Récords en 1969.

Y es que el Monkey Weekend, pese a ser universal, no olvida sus raíces, lo que se manifiesta también en las actuaciones de grupos de música portuenses, como Maddening Flames, que ofreció una actuación en directo en la Plaza del Castillo.