El Puerto / Suceso en Santa Catalina

Un ángel de la playa en el chiringuito de La Concha

  • Un joven socorrista de 19 años que trabaja de camarero en un Beach Club consigue reanimar a un hombre que fue rescatado insconciente del mar

Inmanuel Zarola Ortiz, en el chiringuito de La Concha

Inmanuel Zarola Ortiz, en el chiringuito de La Concha

Su nombre es Inmanuel Zarola Ortiz y durante esta temporada de verano trabaja en un chiringuito. Tiene 19 años de edad, es de El Puerto de Santa María, donde reside en la barriada de la Vid, en la calle Zarza. Este verano había buscado un trabajo como socorrista titulado, pero no había conseguido el empleo, por lo que entró a trabajar en el Chiringuito de La Concha, en la playa de Santa Catalina, para hacer los fines de semana.

Sin embargo, la buena fortuna quiso que este lunes estuviera también sirviendo en el chiringuito debido a un cambio de turno. Se encontraba en su puesto de camarero, cuando hacia el mediodía llegó un hombre alarmado, “corriendo y preguntando dónde estaban los socorristas; al oírlo dejé lo que estaba haciendo y me fui corriendo para la orilla de la playa". En estos años, Inmanuel Zarola ha trabajado como socorrista en Aquapark y en piscinas privadas, ya que es titulado en socorrismo. “Cuando escuché la llamada me fui corriendo hacia la orilla. Allí, un grupo de personas estaba sacando del agua a un hombre de unos 70 años, que estaba inconsciente, para dejarlo en la orilla. Antes de que siguieran subiéndolo, llegué y les dije que lo soltaran, que lo depositaran en el suelo boca arriba y del tirón le hice la reanimación cardiopulmonar, que consiste en 30 compresiones y 2 insuflaciones y cuando hice las compresiones echó todo el agua que tenía dentro y empezó a respirar”, recuperando el pulso.

Estaba ahogado y comenzó a reanimarse. Se pudo recuperar con las compresiones, y no fue necesario que le hiciera las insuflaciones (el boca a boca), con lo que no tuvo que tomar una decisión difícil, ya que con el coronavirus no es obligatorio hacerlas, pero que en caso necesario no duda en haberlas realizado. “No tuve que tomar la decisión porque echó todo el agua” que había tragado. De manera que cuando empezó a respirar "lo llevamos un poco más arriba y ahí lo movimos un poco para retirarlo del agua y lo pusimos en Posición Lateral de Seguridad (PLS) por si vomitaba; el hombre continuó echando agua, pero estaba consciente y respirando. Tardó en recuperar la consciencia algo más de un cuarto de hora", subraya el protector de Santa Catalina.

De forma paralela, una enfermera que estaba en la playa de forma casual le tomaba el pulso con un reloj al afectado, comprobando su evolución satisfactoria. Unos 20 minutos después llegaron los cuerpos de seguridad y el equipo de salvamento y socorristas de oficio, pero hasta entonces no apareció nadie, desconociéndose el motivo de la demora. La ambulancia también llegó prácticamente al mismo tiempo. El suceso al parecer no había hecho saltar las alarmas. Le tomaron el pulso y se lo llevaron ya consciente, una consciencia que había recuperado pocos minutos antes de que llegara el vehículo de emergencias.

Tras el impactante suceso, Inmanuel Zarola fue a su casa, se cambió de ropa y regresó al chiringuito para seguir trabajando. El ángel protector de la playa volvió al oficio de camarero en el Beach Club La Concha. Él sin embargo no se considera un héroe. “Era lo que tenía que hacer y se ha hecho yo no me quiero colgar medallitas”, concluye.

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