Conciertos de verano en El Puerto

Mikel Erentxun ofrece en DSoko lo mejor de su repertorio

  • El músico donostiarra estuvo acompañado en el escenario por Paco Loco

Mikel Erentxun y Paco Loco, en el concierto ofrecido el sábado en DSoko.

Mikel Erentxun y Paco Loco, en el concierto ofrecido el sábado en DSoko. / Miguel Ángel González

Ataviado con camisa roja y sombrero y rodeado de instrumentos hacía su aparición en el escenario de DSoko Mikel Erentxun en la noche del sábado. Aunque en principio iba a ofrecer un concierto en formato trío, con guitarra, contrabajo y batería, finalmente se sumó al conjunto la guitarra eléctrica de Paco Loco, el productor afincado en El Puerto en cuyo estudio Erentxun ha grabado varios de sus trabajos de los últimos años. También se animó con un pequeño piano que avanzado el concierto sufriría un percance en un arranque de entusiasmo del intérprete.

El artista donostiarra, que prepara para octubre un nuevo trabajo con invitados en el que repasa sus 35 años de carrera, 'Amigos de guardia’, se enfrentó al público portuense con lo mejor de su repertorio, en parte compuesto por canciones de su etapa con Duncan Dhu y otros temas de su extensa trayectoria en solitario.

El tema con el que abrió el concierto fue El mejor de los días, para seguir con Cicatrices y continuar después con Veneno, que en su nuevo disco interpreta a dúo con Enrique Bunbury. No podía faltar tampoco el precioso tema Mañana.

Llegaron entonces algunos de los clásicos de su etapa con Duncan Dhu, como No puedo evitar pensar en ti, Pienso en ti o Entre salitre y sudor.

Tras El hombre que hay en mi y Corazones llegaba ¿Quién se acuerda de ti?, para la que  Erentxun se sentó al piano, para interpretar a continuación una original versión de Ojos negros, también al piano.

En medio de esta versión, que comenzó con una lenta cadencia que  que se fue animando por momentos,  el cantante se vino arriba y se desmelenó, literalmente, llegando a interpretar el piano con tanto ímpetu que el instrumento quedó impracticable.

Llegaba después una versión de Ángel en llamas que el artista confesó que era de sus favoritas. Versos de Roma y Ginebra, del álbum Ciudades paso, llegaba después, para dejar paso al conocido tema A un minuto de ti.

Tras La carta Erentxun hizo un amago de retirada pero el público, no demasiado numeroso pero entusiasta, le reclamó de nuevo al escenario.

Sin poder acompañarse del piano tiró de guitarra para interpretar Agua, de Pau Donés, dedicando un recuerdo al desaparecido artista catalán.

Ya al final del concierto llegaban En algún lugar, en versión rockera, y como no su archiconocida canción Cien gaviotas, con la que el público se puso en pie.

Ya de propina Erentxun interpretó, para cerrar la actuación, Jardín de rosas, acercándose después a saludar al público de las primeras filas.

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