María González Forte
Tiempo de pensar
La oficina de Viajes Marsans en El Puerto vivió ayer una jornada extraña, donde se respiraba un aire de melancolía y de alivio, a su vez. Después de tres meses de incertidumbre, los trabajadores ya conocen su destino: la calle. En la noche del pasado martes, el comité de empresa aceptó la propuesta de la empresa, en concurso de acreedores y bajo administración judicial, de llevar a cabo un ERE de extinción que afecta al total de la plantilla, unas 1.400 personas en todo el país. En El Puerto, Ángela, directora de la agencia, Joaquín, Aurora, Ana y Charo suman más de 100 años de vida laboral en esta oficina de Larga, 113.
Ángela afirmó ayer a este periódico que, tras la compra de la empresa por Posibilitum, perdieron cualquier esperanza de salvar sus puestos de trabajo, porque esa transacción les pareció desde el principio un "chanchullo", por lo que este desenlace no ha sido una sorpresa para la plantilla portuense. En la provincia se han visto afectados cerca de 50 empleados y sólo se quedarán 45 personas, a nivel nacional, para acabar las gestiones administrativas de la empresa hasta el próximo mes de octubre.
Respecto a las aspiraciones futuras, los integrantes de esta oficina no quieren contar más con grandes agencias de viajes, después del mal sabor de boca que les ha dejado esta experiencia. Ángela lamentó: "Hemos perdido la fe en los empresarios, siendo aún representados por el impresentable Gerardo Díaz Ferrán (ex copropietario del Grupo Marsans, junto a Gonzalo Pascual, y dueño de la concesionaria de autobuses urbanos de El Puerto, GDF, y actual presidente de la CEOE)". Precisamente, hace varias semanas empapelaron el escaparate de la oficina con mensajes exigiendo el cobro de sus nóminas y con mensajes críticos con la gestión de Díaz Ferrán.
No entienden que hayan dejado morir a la empresa siendo la más representativa del sector turístico español y acusan al Gobierno, partidos de la oposición, sindicatos y medios de comunicación de no hacerse eco de este problema. Por ello, con los conocimientos adquiridos durante estos años, la plantilla piensa crear una nueva agencia, independiente de grandes firmas. La directora mostró su agradecimiento por los clientes fieles, quienes han mostrado su apoyo y les han dado ánimos hasta el último momento.
La agencia portuense aún debe a una veintena de clientes cerca de 4.000 euros, aunque otras oficinas de Viajes Marsans acumulan una deuda de 80.000 euros. Esta suma, que se va devolviendo como se puede, proviene de los viajes contratados que los proveedores decidieron quedarse sin ofrecer el servicio a cambio, como parte de la deuda acumulada por Marsans.
A estos empleados la empresa les debe aún la nómina de junio y la paga extraordinaria. El acuerdo alcanzado fija una indemnización de 32 días por año trabajado, 30 mensualidades y un máximo de 70.000 euros. También contempla un fondo de 1,9 millones de euros para mejorar las indemnizaciones de los empleados mayores de 50 años, aunque Ángela y Joaquín, dentro de este ratio, no tienen grandes expectativas en el mismo, teniendo en cuenta el número de acreedores que tiene la empresa.
Por otro lado, la oficina de Viajes Crisol, también en calle Larga y perteneciente al Grupo Marsans, permanecía ayer cerrada con un cartel que informaba a sus clientes de que tenían "dificultades operativas".
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