La Basílica de Nuestra Señora de los Milagros cuenta con un nuevo altar de mármol para la celebración eucarística, que viene a sustituir al que tenía anteriormente, que estaba realizado en madera. Se trata, según ha informado el párroco de La Prioral, Antonio Sabido, de un cambio que viene dado por la transformación del principal templo de El Puerto de Santa María en Basílica Menor, ya que entre los requisitos que se establecen para alcanzar este rango es que el altar sea de piedra o de mármol y que esté fijo en su ubicación en el templo. 

El obispo José Rico Pavés, en un momento de la ceremonia.

El obispo de la diócesis de Asidonia-Jerez, monseñor José Rico Pavés, bendijo este domingo a las 19:30 horas el nuevo altar, durante una misa concelebrada, en la que estuvieron presentes seis sacerdotes de El Puerto, contando con la presencia del vicario episcopal, Luis Piñero. El nuevo altar de la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros, realizado en mármol tallado y de carácter fijo, como corresponde a un templo del rango concedido a la iglesia portuense, ha sido construido en Villamartín y ha sido sufragado con la donación realizada por tres personas benefactoras de La Prioral.

El cambio de este elemento primordial del templo tiene un significado simbólico, ya que remite a los primeros siglos del cristianismo, cuando los oficiantes usaban como altar para celebrar la ceremonia de la consagración el sepulcro de piedra de los mártires.  

El nuevo altar sustituye al anterior, de madera y de carácter móvil. La bendición se produjo siguiendo el rito previsto para estos casos, de manera que, al inicio de la celebración eucarística, no había objetos en torno al altar, procediéndose después a cantar letanías. El obispo ungió toda la mesa con el santo crisma, colocándose un pebetero con incienso, revistiéndose el altar, ubicando sobre él los candeleros, todo ello con oraciones específicas, y besando el obispo la mesa cuando iba a presentar la ofrenda.

Además, en el transcurso de la ceremonia, el obispo introdujo sendas reliquias de los dos copatronos de la ciudad de El Puerto, San Francisco Javier y San Sebastián, consistentes en un trocito de hueso de cada uno de los santos, que fueron depositados en una urna situada bajo el altar, que quedó sellada. Las reliquias se han podido obtener a través de una cesión de los jesuitas. 

El obispo indicó que la bendición de este nuevo altar, cuyas medidas son iguales a la del sustituido, convertía la jornada, coincidente con el Día de la Iglesia Diocesana, en una fecha especialmente señalada para este templo, que cuenta con una valiosa trayectoria histórico-artística.  

La Agrupación Coral Portuense, dirigida por Millán Alegre, amenizó la eucaristía solemne, que contó con una numerosa asistencia de fieles, que llenaron el templo. 

El acto contó con la asistencia de los concejales de Gran Ciudad, Javier Bello; Medio Ambiente, Millán Alegre; y del concejal de Cultura, Enrique Iglesias. También se pudo ver en el acto a los concejales Javier Botella y Francisco Belaustegui, así como a distintos hermanos mayores y representantes del Consejo Local de Hermandes y Cofradías.

El equipo de Gobierno, encabezado por Germán Beardo, ha felicitado a la comunidad religiosa, encabezada por el párroco Antonio Sabido, por este acto, "mediante el cual la iglesia pasa a contar con un altar de las características correspondientes al rango del templo".