El abogado y escritor José Joaquín García de Romeu, colaborador habitual de Diario de Cádiz, volvió a llenar el Bar Vicente–Los Pepes, que ha convertido en un escenario clásico en sus presentaciones y que aparece en algún momento en todas sus novelas.

Fue con motivo de la presentación de su nueva novela, Un flamenco en los esteros, obra editada por Apache Libros que cierra la trilogía que completan Siempre quiso ser travesti y llamarse Vianka y Una gaviota voló sobre Cortadura.

El autor afirmó en la presentación de la obra que este libro "desentraña los oscuros lazos que atan a un drogadicto perdido y a un policía corrupto, tejiendo una historia de suspense, traición y redención en una ciudad donde los secretos nunca descansan”.

El volumen incorpora, en cada uno de los 22 capítulos que lo conforman, un QR que redirige a una canción que da título a los mismos, por lo que cuenta con su propia banda sonora, que se puede descubrir a medida que se avanza en la trama.

El autor explicó que cuando escribe es la novela la que manda sobre él y detalló que el comisario Santos es nexo de unión en las tres novelas de la trilogía y que la saga se puede leer de manera independiente. “Todas mis novelas tienen un fondo de amargura”, admitió, apuntando otras consideraciones como su cualidad de observador, positiva a la hora de ponerse a escribir, o la presencia de humor negro en este trabajo.

El asesor literario Daniel Heredia expuso que Un flamenco en los esteros se lee de manera fluida, en una narración en la que el sexo juega un papel notable, al igual que en las otras dos novelas anteriores. Heredia habló de una redacción “con muchas capas, de personajes, en la que estos son más importantes que la trama y en la que encontramos diálogos reales”.