Quejas vecinales

El Defensor del Pueblo Andaluz admite a trámite la queja de los vecinos de Misericordia, en El Puerto

Una imagen de archivo de la calle Misericordia.

Una imagen de archivo de la calle Misericordia. / D.C.

El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ha admitido a trámite la queja presentada por una comunidad de propietarios de la calle Misericordia, en la que se le deba traslado de la situación que viven los vecinos debido al exceso de ruido y la invasión del espacio público por parte de los locales de hostelería.

La institución de defensa de los andaluces remitió el pasado 21 de marzo un escrito dirigido al alcalde portuense, Germán Beardo, en el que le trasladaba las demandas vecinales y le instaba a tomar medidas para evitar la saturación acústica de la zona, entre otras propuestas.

En el escrito se traslada al alcalde que "los vecinos de estas comunidades, todas ellas sitas en la calle Misericordia, denuncian que llevan muchos años sufriendo graves  daños y perjuicios por ruidos, accesibilidad, etc., por la falta de cargo e inacción del  Ayuntamiento, al que se le ha solicitado audiencia en más de una ocasión sin recibir respuesta alguna. Consideran que las circunstancias en las que se encuentra el día a  día en esta calle Misericordia, y aledañas, hacen imposible una vida saludable para las  personas, poniendo en riesgo su salud e integridad, viendo además violados sus  derechos”.

También se le traslada al primer edil que "nos dicen que han solicitado en numerosas  ocasiones la documentación tramitada y necesaria para la apertura de bares, pubs y  discotecas, sin recibir respuesta alguna. Asimismo, manifiestan que también han  solicitado información sobre los expedientes sancionadores que se hubiesen incoado  por las numerosas denuncias formuladas por ruido, invasión del espacio público, tener  puertas abiertas los establecimientos de hostelería con música (especialmente uno denominado pub Kapote), sin respuesta".

El defensor del Pueblo Andaluz considera que "especial interés tiene un escrito dirigido a Alcaldía y firmado por todas las comunidades y la asociación La Gaviota, en el que se hace, a modo de informe, una relación de las circunstancias que presenta esta calle y de los incumplimientos normativos que se se dan con absoluta normalidad sin que se adopten medidas verdaderamente eficaces en el control de los hechos denunciados".

Maeztu pide a Beardo en su escrito "la emisión del preceptivo informe, adjuntando la documentación que estime oportuna para el  esclarecimiento del asunto en cuestión. En especial, interesamos conocer la valoración  que hace ese Ayuntamiento, en términos generales, de la problemática planteada, y en particular rogamos nos informe del número de establecimientos que se encuentran en la calle Misericordia indicando el tipo de actividad que tienen autorizada y, en su  caso, si cuentan con terraza de veladores, con el número de mesas, sillas y ubicación autorizados".

Asimismo, el Defensor del Pueblo Andaluz pregunta "si es cierto que ese Ayuntamiento no dispone de ordenanza municipal reguladora de las terrazas de veladores. Por último, interesamos informe sobre las posibilidades que habría de tramitar la declaración de esta zona como Zona Acústicamente Saturada (SAS) o adoptar medidas de otro tipo que se estimen procedentes para reducir el nivel acústico que denuncian  las personas residentes en el entorno, así como para garantizar el tránsito de personas, vehículos y el cumplimiento de las normas de accesibilidad".

Los vecinos, en su queja, estipulaban una serie de peticiones muy concretas:  Iniciar  la tramitación de la declaración de la calle Misericordia y aledañas como Zona Acústicamente Saturada; tramitar y aprobar una ordenanza sobre terrazas con régimen  sancionador; regularizar el tránsito rodado en la calle Misericordia, exigiendo  el balizamiento de las terrazas tal como parece que se hace en otras calles de la localidad para los establecimientos, liberando el ancho mínimo para el paso de vehículos y sin invadir éste el itinerario accesible; no conceder más licencias de bares,  especialmente con música y pubs, ni autorizar el traslado de los ya existentes; aplicar  la normativa de accesibilidad universal; reducir las dimensiones de las terrazas actualmente concedidas; y obligar a pubs y bares con música a colocar sillas y mesas  bajas, para evitar que los clientes consuman de pie en medio de la calle superando el aforo concedido.

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