"Me aburro doctor, ¿qué puedo hacer?"

Crítica Teatral / Festival de Teatro de Comedias de El Puerto

Los actores Juan Gea y Dani Muriel dejaron al público con buen sabor de boca en el Festival de Teatro de Comedias.
Los actores Juan Gea y Dani Muriel dejaron al público con buen sabor de boca en su actuación en el Festival de Teatro de Comedias. / Fernández Hortelano
Jesús Almendos Fernández

11 de agosto 2019 - 15:43

El insólito caso de Martin Piche (***). Patio del Edificio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. Día: Sábado 10 de Agosto de 2019. XXVIII Festival de Teatro de Comedias. Aforo: Completo

Reparto: Juan Gea, Dani Muriel. Ficha Artística: Autor: Jacques Mougenot. Traducción: Mariví Arrieta. Versión: La Alegría Producciones. Espacio escénico: Emilio Valenzuela. Diseño de iluminación: José Manuel Guerra. Dirección: Juan Carlos Rubio.

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No es la primera vez que asistimos en El Puerto de Santa María a ver una obra de teatro dirigida por Juan Carlos Rubio, autor también de varias obras vistas sobre las tablas de nuestro Teatro Pedro Muñoz Seca.

Ahora no es sobre las tablas del Pedro Muñoz Seca donde acabamos de ver la comedia por él dirigida, sino en este otro Teatro de Verano instalado en el Patio Porticado de San Luis Gonzaga donde desde hace 28 años se viene celebrando el 'Festival de Teatro de Comedias' y que goza de gran éxito de público habiéndose convertido en un clásico del veraneo portuense.

Juan Gea y Dani Muriel protagonizan la versión española de esta comedia desenfadada, muy francesa, de Jacques Mougenot, que ha triunfó en Francia y que Juan Carlos Rubio ha hecho suya con una

versión propia, traducida del francés por Marivi Arrieta, mas afín al público español, abundando en el aspecto cómico de la obra que a veces nos hace reflexionar sobre cosas muy serias que nos ocurren

a nosotros y a las que no les damos importancias pero que pueden tener un fundamento psicológico muy inquietante de nuestra personalidad.

Nos cuenta la historia de un hombre que acude a la consulta de un psiquiatra por un extraño mal que padece: “supuestamente” le aburre todo lo que le rodea. El especialista deberá estudiar a fondo la personalidad el paciente para poder ayudarle y lleva a cabo una terapia de la que ninguno de los dos aciertan a calibrar las consecuencias que pueden llegar a tener para ambos y que los espectadores vamos descubriendo desde nuestras butacas a lo largo de la representación.

Otro de los momentos de la representación.
Otro de los momentos de la representación. / Fernández Hortelano

El desenlace de la obra da una vuelta a la situación planteada y nos presenta la historia desde otro punto de vista en el que ya no sabemos quien es el que tiene el problema, el psiquiatra o el paciente, ni sabemos lo que es real y lo que es inventado o representado como si fuera un guión de TV o una obra de teatro.

La comedia está representada en clave de teatro del absurdo, al estilo de las comedias de Tono o Mihura e inclusos a veces toques al estilo de los Hnos. Marx, con situaciones emotivas y a veces crueles a lo que ayuda en gran medida el montaje, muy aceptable considerando las limitaciones de estas funciones que se montan para una sola representación, cada día en una ciudad diferente. La escenografía de La Alegría Producciones está bien resuelta y resulta muy efectiva presentándonos la consulta, fría y despersonalizada de un psiquiatra. También la iluminación a cargo de José Manuel Guerra es muy convincente y adecuada a las características del espacio donde se lleva a cabo la representación.

Como ocurre con las obras que se representan en el festival, ésta tampoco es una gran obra ni aborda ningún tema de forma profunda sino que, por el contrario, nos trata de hacer pasar un buen rato, hacernos sonreir y a veces, incluso, reír sin rubor ante las situaciones que presenciamos. Esto lo consiguen perfectamente los dos actores que forman el elenco, Juan Gea y Dani Muriel, muy conocido este último por sus intervenciones televisivas en distintos programas de temas desenfadados y casi siempre de relaciones de pareja. Los dos lo dan todo sobre el escenario y hacen pasar al público un rato divertido y distendido.

El público salió del espectáculo con un buen sabor de boca y una sonrisa en los labios. Una perfecta noche de verano en la que además de asistir a la representación, el numeroso público se suele reunir en el exterior del bar del edificio a tomar un refrigerio y hacer comentarios sobre las distintas obras que se van a ver durante el festival.

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