Fin de fiesta. Se acabó lo que se daba. Ha sido la campaña de las elecciones municipales más larga de las que se recuerdan, porque a la oficial se le han sumado meses de una larga carrera de fondo para llegar a la meta del 28-M.

Ha sido una campaña en la que los tres candidatos principales, David de la Cruz (Adelante Izquierda Gaditana), Bruno García (Partido Popular) y Óscar Torres (PSOE) han hecho una campaña limpia, con pocos ataques entre ellos. La mayor polémica de todas las que se ha producido en estos 15 días vino con el plan de cobertura de Onda Cádiz que, tras una reclamación de Podemos y otro escrito posterior del PP, hizo que inicialmente se quedara fuera el partido que detenta el poder en el Ayuntamiento de Cádiz, Adelante Izquierda Gaditana.

Ha sido una campaña donde en la última semana los mensajes de los distintos partidos dejaban a las claras cuáles eran sus objetivos y también esconder sus debilidades. Por ejemplo, Bruno García lleva varios días haciendo un llamamiento a los votantes de izquierda para tratar de rascar todos esos votos que lo puedan acercar a la hipotética mayoría absoluta que le pueda permitir gobernar.

Por su parte, el PSOE quiere ser el partido que se lleve a los decepcionados con el gobierno de Kichi y aquellos que no quieren volver al Partido Popular al frente de la ciudad porque uno de sus principales objetivos es tratar de conseguir darle el sopasso a Adelante en el bando de la izquierda.

Por último, David de la Cruz tiene como mensaje central en esta semana la petición de que la gente vaya a votar, porque una abstención importante en un momento en el que parece que puede haber más movilización en torno al PP, puede ser fatal para sus intereses.

Hay varios escenarios posibles para el domingo, pero uno que sería muy factible es que Adelante Izquierda Gaditana y el PSOE pacten para asegurar el gobierno e impedir que lo haga el PP. Lo interesante en las casi tres semanas que hay hasta el Pleno de investidura es ver cuál es la fórmula que se utiliza, si la que quiere David de la Cruz, que se ciña a acuerdos y pactos para determinadas cosas pero sin una coalición de gobierno, o como pretende el PSOE, que es entrando en el Ejecutivo local.

A ellos se les suma los partidos que tratan de entrar en la Corporación y que se salen de los tres mayoritarios, así hasta completar 11. El primer concejal está muy caro y para llegar a ese 5% mínimo hay que sumar unas 3.000 papeletas. A partir de ahí el segundo edil ya está más barato. El resto de las ocho formaciones tratarán de entrar en la Corporación, pero también se va a dar la circunstancia de que va a haber muchos restos de votos que no tendrán concejal.