Economía

Sánchez sella la paz con la empresa familiar y ensalza su papel en la creación de riqueza

Pedro Sánchez interviene en la anual del IEF, este miércoles, en el Teatro Real, en Madrid,

Pedro Sánchez interviene en la anual del IEF, este miércoles, en el Teatro Real, en Madrid, / Chema Moya · Efe

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reapareció en un acto del Instituto de la Empresa Familiar para reclamar una subida de salarios en las empresas con este origen, que generan el 70% del empleo de España y suponen juntas prácticamente el 60% del PIB nacional, aunque lo hizo tras reconocer el papel que juegan en el buen desempeño de la economía española. Pese a ello les hizo el ruego de que “aprovechen” el tiempo de “bonanza” actual para mejorar las condiciones de sus respectivas plantillas, al tiempo que remuneran como merecen a sus respectivos accionistas.

La asamblea anual del IEF –en la que se formalmente se produjo el relevo de presidente, al ceder el testigo Andrés Sendagorta, presidente de Grupo Sener, a Ignacio de Rivera, presidente de Hijos de Rivera (propietaria de las cervezas Estrella Galicia)– sirvió para comprobar que Sánchez quiere iniciar una nueva etapa con esta relevante asociación empresarial con la que tuvo un sonado desencuentro al poco de llegar al Gobierno.

De hecho, Pedro Sánchez no acudía a un evento organizado por el IEF desde el XXI Congreso Nacional de la Empresa Familiar de 2018, celebrado en Valencia, en el que tuvo un sonoro desencuentro con los representantes de las principales empresas españolas.

Durante su participación en aquel cónclave, el primero que se celebraba desde su acceso a la Presidencia del Gobierno, Sánchez dijo que las grandes empresas apenas contribuían un 10% en el impuesto de sociedades, lo que sorprendió y molestó a los empresarios presentes, que al final de su discurso le aplaudieron de manea tibia. El incidente se acrecentó porque Sánchez salió con celeridad tras la clausura sin apenas relacionarse con los integrantes del foro. El malestar fue patente y público.

Desde entonces, Sánchez siempre ha excusado su presencia, especialmente en los congresos, en los actos del Instituto de la Empresa Familiar.

Su presencia este miércoles en la Asamblea del IEF 2024 tenía, por tanto, interés y hasta cierto morbo. Y Sánchez escenificó claramente un reconocimiento en toda regla al papel de la empresa familiar en España.

Todo su discurso estuvo entreverado por ese reconocimiento. Así, desde el inicio puso de relieve que “nueve de cada diez empresas españolas tienen este origen familiar”, por lo que no dudó en señalar a estas compañías como la “columna vertebral del tejido productivo nacional y que, como tal, ha jugado “un papel decisivo en el gran desempeño que está teniendo la economía española, pese al difícil contexto geopolítico” actual.

Sánchez, además, aprovechó para resaltar que ese desempeño económico ha permitido alcanzar cifras que suponen marcas, como superar los 21 millones de afiliados a la Seguridad Social o que 15 millones de trabajadores tengan a día de hoy contratos indefinidos. Pero inmediatamente después de sacar pecho por esos datos añadió: “Gracias por vuestra contribución”.

Al tiempo que se lo agradecía les enfatizaba otro dato desvelado la víspera por la OCDE: los hogares españoles recuperaron en 2023 el nivel de renta del año 2007, gracias a un aumento del 5.2%.

En un contexto en el que su ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, acaba de reformar el subsidio de desempleo sin contar con la patronal CEOE, Sánchez abogó en cambio por el acuerdo y puso como ejemplo la reforma laboral, alejada de las últimas medidas en los que Trabajo apostó por privilegiar la postura de los sindicatos, como ocurrió en la última actualización del Salario Mínimo Interprofesional.

“El acuerdo es fundamental para que haya paz social”, les dijo Sánchez a los principales empresarios del país. Abogó también por un diálogo que sirva “para construir y no para destruir” y quiso distanciarse de “debates estériles que sólo trajeron incertidumbre” para las empresas, en lo que fue una velada crítica al procès catalán a pocas horas de que concluya la campaña electoral de las elecciones autonómicas en esa comunidad.

Sánchez compartió con los empresarios que “España es, de los grandes países de la UE, el más abierto a la inversión extranjera” y que en partes eso ha permitido crecer un 2,5% del PIB en 2023, y que ese incremento siga sostenido, tras aumentar un 0,7% el primer trimestre de 2024.

También atribuyó esa buena marcha a las políticas que desarrolla tanto su Gobierno como la Comisión Europea, porque están consiguiendo, dijo, un “fortalecimiento estructural de nuestra economía”. Gracias a la aplicación de reformas e inversiones. Y citó expresamente a la reforma laboral y el despliegue de los fondos Next Generation EU. Políticas que, subrayó, están produciendo un “crecimiento del empleo y de la productividad” que no sea “a costa de los salarios”.

“Uno de cada cinco empleos que se crean, que estáis creando –dijo en un nuevo reconocimiento– se centran en sectores de alto valor añadido”. Destacó que así lo ponen de manifiesto que las exportaciones de servicios no turísticos han crecido un 56%.

Y expresó su gratitud porque las empresas familiares estén siendo parte de la “doble transición, digital y ecológica”, que se está intentando acometer con esas políticas.

Pese a esta buena marcha, Sánchez reconoció ante la asamblea del IEF que “queda mucho por hacer”, para lograr objetivos como “reducir el paro estructural”, para lo que España, sostuvo, “necesita todavía mano de obra”.

“Para conseguirlo” aventuró que hay que “reforzar la empleabilidad”, y se comprometió por su parte a la “mejora de los servicios públicos de empleo” para que se pueda “acompasar la demanda” de trabajadores “con la recualificación” de la fuerza laboral.

Y para hacerlo posible Sánchez quiso “poner de relieve” la fortaleza que es contar con un modelo empresarial como el de origen familiar, “por su visión de largo plazo, su mayores niveles de inversión y sus mejores condiciones laborales”. “Hay mayor estabilidad y mejores salarios”, les reconoció a los responsables de ello.

Y no fue el único valor que les ensalzó en este armisticio. También enfatizó en efecto que sus empresas tienen para la “cohesión territorial”, gracias a los vínculos de las familias fundadoras con las ciudades donde crearon sus empresas. “Eso da un norme valor social a vuestra contribución”, les dijo.

Pero junto al reconocimiento vino la petición: “A esta responsabilidad social quiero apelar, que va mucho más allá de la importantísima creación de valor para los accionistas”, les dijo poco antes de pedir mejoras salariales.

“Practicáis esa responsabilidad en cuestiones como el ahorro energético o de consumo de agua”, les felicitó, antes de celebrar que las empresas familiares hacen que la “ratio de empleo por facturación sea mucho más alta que cualquier otra forma de empresa”.

De hecho, Sánchez les dijo que las “empresas sois imprescindibles para el crecimiento y el bienestar”.

Pos eso les pidió que contribuyan “elevando el poder adquisitivo de los trabajadores”. Les animó a que las empresas familiares “aprovechen la bonanza actual para invertir los beneficios, recompensando a los accionistas pero también a las bases de vuestro tejido productivo”.

“Os animo a abrir nuevos mercados, pero, sobre todo mejorar las condiciones laborales. A pagar mejores salarios y flexibilizar los horarios”, le dijo, antes de añadir. “Tenemos que usar los beneficios actuales para ganar productividad”. Le confesó que lo hace, “sí, con convicción socialdemócrata, pero también de alguien que cree en la economía social de mercado“.

Prometió que desde el Gobierno procurará que el “Estado coopere”. Y citó expresamente como fórmula para ello la “colaboración público-privada”. Para crear un “mercado próspero y justo que genere esa riqueza distribuida”, una tarea en la que les prometió que “el Gobierno de España será” su “aliado”.

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