El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, advirtió ayer a empresarios y sindicatos que el Gobierno "no tomará en consideración" ninguna propuesta de reforma laboral que se salga del documento que presentó en febrero y que fue valorado positivamente por los agentes sociales. El ministro señaló, además, que no reformará el Estatuto de los Trabajadores "porque lo diga Funcas" y abroncó a las entidades financieras por mantener cerrado el grifo del crédito.

Corbacho zanjaba de esta forma todo debate posible sobre la creación de nuevos contratos tan sólo un día después de la polémica que generó la idea lanzada por CEOE de crear un contrato de inserción para jóvenes carente de indemnización por despido. El titular de Trabajo "se felicitó" por que la patronal haya retirado esta propuesta porque, según dijo, no era un planteamiento "acertado" y hubiera sido negativo mantenerlo de cara al éxito del diálogo social.

El ministro fue muy claro respecto al contenido de la reforma laboral: quiere que se respete el guión y de ahí no piensa salir y, en el tema de contratos, sólo se ceñirá a lo que figura en el documento: analizar los contratos temporales y el contrato de fomento del empleo estable (despido de 33 días por año trabajado).

Corbacho también se mostró tajante en relación a las propuestas realizadas por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) para reformar el mercado laboral. "El Gobierno -dijo- nunca reformará el Estatuto de los Trabajadores porque se lo digan ellos". "Reformaremos lo que tengamos que reformar si nace del acuerdo y del diálogo social", manifestó.