Diario del Carnaval

La madre del coro de Las Niñas se va por Carnavales

Adela del Moral, en una fotografía tomada en el Diario de Cádiz.

Adela del Moral, en una fotografía tomada en el Diario de Cádiz.

Adela del Moral siempre fue una persona realista. Por eso, cuando hace poco más de dos meses le diagnosticaron un cáncer inoperable, afrontó lo que venía con esa valentía serena que le sirvió para comandar la rebelión de aquellas pioneras de las coplas de Cádiz. Si 'Las Molondritas' abrieron el camino a caja y bombo, Adela lo hizo con el mágico sonido de las cuerdas de una bandurria y una sonrisa amable que no ha perdido hasta el final. Porque, tras conocer el dictamen médico y comprobar cómo la enfermedad la minaba por dentro, le confesó a Luis Frade, su compañero, su amigo, su esposo desde 1979, uno de sus vaticinios infalibles. “Luis, yo no llego a Carnavales”. Para quienes aman esta fiesta el tiempo se mide de febrero a febrero, y Adela tenía el pálpito de que no vería amanecer el de 2024.

Se ha ido demasiado pronto. Con 71 años y mucha vida aún por delante. Muchos partidos de pádel con Luis, muchos ratos con sus hijos, con sus nietos, muchas charlas sobre ese Carnaval al que tanto aportó. Su figura es clave en la integración de la mujer en la fiesta. Poco a poco se avanza en ella, pero a principios de los 80, Adela cogió la bandera de la igualdad y la enarboló como una heroína de la Revolución Francesa. A las barricadas, gritaba su bandurria, y a las barricadas fueron las mujeres de un coro bautizado como el de Las Niñas. Niñas que hoy lloran la pérdida de su madre.

La historia de ese coro emblemático del Carnaval de Cádiz nace en 1981. Es en ese año cuando se anima a componer un tango a un grupo que ya había salido, pero sin concursar, en 1979 y que en 1980 lo hizo bajo el nombre de ‘Jomeini y sus secuaces’. Manuel Palacios, gran bandurria gaditano, escuchó la pieza y los animó a inscribirse, algo que hizo Luis Frade sin consultar con sus compañeros. Estamos ante el nacimiento de un coro histórico, un coro mixto que nunca tuvo reparo alguno en ser conocido como el de las Niñas. Concursa con el nombre de ‘Mariscadores gaditanos’, en homenaje a la primera agrupación de Paco Alba, la chirigota ‘Los vendedores de mariscos’.

Luego llegarían coros como ‘Piconeras y franceses’, que logra el tercer premio en1982, o ‘La tertulia de Doña Frasquita’, segundo en 1983 y agrupación que dio nombre a la peña que tuvo su sede en la calle Santiago y que, durante décadas, se encargó de organizar actos más allá del Carnaval. Desde allí se crea el premio Cajonazo, que sigue entregándose hoy día.

Tras estos dos coros finalistas llega ‘Olé gaditano’, que no logra pasar a la gran final y, posteriormente, en 1985, ‘Plaza Mina’, agrupación que por primera vez se queda en preliminares y que supone un punto de inflexión, puesto que desde ese momento la autoría de la letra pasa a manos de Antonio Rivas.

Coro 'La viudita naviera'

Tras aquella mala experiencia con un coro que no caló, Adela, Antonio Rivas y Luis Frade se conjuran para crear un repertorio con el que pelear por todo. Y lo consiguen. Le dan por nombre ‘La viudita Naviera', inspirado en la obra de José María Pemán, que, a su vez, también sirvió de título a una película rodada en Cádiz en 1962, protagonizada por Paquita Rico y dirigida por Luis Marquina, y en la que llegó a aparecer la comparsa de Paco Alba, con el autor conileño, creador de la comparsa, a la cabeza. Frade se encarga de la dirección, Antonio Rivas de la letra y Adela de la música, componiendo uno de los tangos más melodiosos de la historia del Carnaval de Cádiz.

Estamos en 1986 y llega ese deseado Primer Premio. Pero el dominio del grupo de Adela no iba a ser flor de un día, puesto que al año siguiente sacan ‘Watussi’ y repiten éxito. Antonio Segura se suma a la autoría de las letras. Estamos ante el que muchos consideran el mejor coro de Las Niñas y uno de los más completos de la historia de la fiesta gaditana.

Coro 'Watussi'

En 1988, con ‘A pelote el vagón’ se quedan en semifinales, pero un año después, con ‘El imperio Inca’, logran un nuevo segundo premio. En 1990 vuelven a quedarse en las semifinales con ‘Faltan 2 para el 92’ , pero los cuatro años siguientes se meten en la final con coros como ‘La jaima’ (Cuarto premio de 1991), que sería el último en el que participara Antonio Rivas, puesto que en 1992 comienza su exitosa trayectoria en compañía de Julio Pardo (a partir de ese momento la letra pasaría a ser responsabilidad únicamente de Antonio Segura); ‘Tracana’ (Tercer premio de 1993, tras descansar en 1992), ‘The Music Family’ (Tercer premio de 1994) y ‘Oh Cádiz’ (Segundo premio de 1996, después de descansar en 1995), un gran coro pero que no pudo vencer al ‘Buque Escuela’ de Pardo y Rivas. En 1997 llega 'La gran cabalgata', con el que no pasó a la gran final y que fue, a la postre, su último coro.

Es en ese momento cuando Adela del Moral decide explorar nuevos territorios, sacando chirigotas callejeras con su amiga Marisa de las Cuevas y las letras de Antonio Segura.

Es en esos años también cuando forma parte del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Cádiz, de 1999 a 2003, defendiendo siempre la justicia, la igualdad y la justicia social.

Adela del Moral recibía cada vaivén de la vida con naturalidad. Quizá por eso, y por ese lado tan sensorial que siempre tuvo, después de jubilarse como profesora con 65 años llegó a comentarle a Luis que tenía la sensación de que no iba a poder disfrutar muchos años más de su jubilación. Le dijo que creía que iba a morir con 70 años. Lo ha hecho con 71. Con serenidad. Sin querer hacer mucho ruido. Como le gustó vivir. Una gran mujer sin cuya valentía el Carnaval de Cádiz no sería lo que hoy día conocemos.

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