Coplas al levante

Así le canta el Carnaval de Cádiz al viento de levante

  • El molesto (o agradable) viento no pasó desapercibido para los autores de la fiesta gaditana a lo largo de la historia

El cuarteto 'Lo que el viento se llevó' (2017), una parodia de unas vacaciones con levante

El cuarteto 'Lo que el viento se llevó' (2017), una parodia de unas vacaciones con levante / Jesús Marín

Si se le ha cantado a Cádiz, a La Viña, a las murallas, a la gaditana o a Santa María, el viento de levante, tan nuestro, no podía quedarse al margen de la creatividad de los autores del Carnaval. En estos días en el que el ventarrón azota la ciudad (y amenaza con acompañarnos durante buena parte del verano) recordamos algunas de las más significativas letras que le dedicaron los copleros.

Los Pajeros (1960)

El gran Paco Alba ya dejaba una pincelada dedicada al viento en un pasodoble de estos pajeros.

Y si tenemos levante

es porque es viento castizo,

un viento “mu” refrescante

que nunca fue amante

de ningún fenicio.

Hay moros en la costa (1984)

Años después llegaba desde Puerto Real un coro como 'Hay moros en la costa' para dedicar al levante uno de los tangos más recordados de aquellos maravillosos años 80. La copla era rematada con un guiño al por entonces formato sábana de este 'Diario de Cádiz'.

Con tanto polvo encima pudiera ser

que algunos pensaran

que nos hemos cruzado andando

todo el desierto del Sahara.

Tierra tengo en los ojos más cantidad que tiene Domecq

pero no se crean que es de las dunas ni del siroco,

por Alá le juro que una levantera fue.

Ca vez que sopla con fuerza ese levantito

a los nerviosos me los pone a cavilar.

Ya cogieron fama fatal los pobres afilaores

que todas las maldiciones a ellos van a parar.

Hasta el pan del día lo pone duro,

no dan pie con bola los tartajosos,

te pone la lengua como un felpudo,

te seca los sesos y te duele el coco.

Vuelan las persianas de los balcones,

las faldas de las chavalas y el vino lo pone agrio.

No se puede salir, pescar, dormir,

to el mundo va despeinao,

y en todas las procesiones los cirios van apagaos.

Con este viento no hay

quien lea en la calle ese peaso Diario de Cádiz.

Los Soldaditos (1989)

Sin salir de la década prodigiosa del Carnaval gaditano nos topamos con una cuarteta del popurrí de la comparsa 'Los soldaditos', de Paco Villegas y José Luis Bustelo, una verdadera joya que en su interior guardaba esta hermosa letra al levante sin necesidad de citarlo.

Quién es ese que se mete

y empuja así las veletas

arremolinando siempre los papeles en las puertas.

Mosqueando a las persianas

con su manaza invisible

y rondando las ventanas para entrar si le es posible.

Quién será, será, que de día baila con la ropa tendía,

quién levantará tanta arena, quien será, será.

Con su música caliente va provocando a las sienes

y levanta el indecente las faldas de las mujeres.

Quién será, será, que se cuela,

quién será, será que no para,

quién se va, se va y cuando pueda ya regresará.

La Ventolera (1994)

Antonio Martínez Ares dedicó un tipo completo, con disfraces de veleta, a los aires difíciles de esta tierra. 'La ventolera' despedía su popurrí de esta manera:

Cuando venga el levante dile mi vida,

cuando venga el levante dile mi vida,

que no despierte a Cádiz que está dormida.

Carnaval como un vendaval ya viene soplando

para llevarse pronto todo lo amargo.

Si viniera el poniente corazón mío,

si viniera el poniente corazón mío,

dile que está esta tierra muerta de frío.

Carnaval como un vendaval suplica en la puerta

golpean sus tambores vientos de guerra.

Lluvia, tormenta, truenos y nubarrones,

lluvia, tormenta, truenos y nubarrones,

no le hagas caso niña a esos fanfarrones.

Carnaval como un vendaval de norte a oeste

viene a por los veletas pese a quien pese.

Puede que vengan pronto los huracanes,

puede que vengan pronto los huracanes,

por ti vela que vela Virgen del Carmen.

Carnaval como un vendaval para quien lo quiera

bendita sea por siempre tu ventolera.

Por las torres de Cádiz ya se va el viento,

por las torres de Cádiz ya se va el viento,

y se lleva mis coplas y mi tormento.

Carnaval como un vendaval repica y repica

dime dónde está el rumbo

dime dónde está el rumbo

dime dónde está el rumbo

de la Tacita.

Los Buscavidas (1997)

Poco después, Antonio Martín ofrecía en 'Los buscavidas' uno de sus más destacados pasodobles. En esta copla, el levante no era el protagonista exclusivo. El poniente se colaba para echarle un pulso.

Cádiz es mujer con dos novios

prendaos de su talle,

y están por sus huesos locos

el Poniente y el Levante,

ninguno quiere que el otro

le ronde sus calles.

Vientos del amor,

por las esquinas y azoteas

la requiebran y esa novia

pela la pava con los dos,

ay, los enamora,

los enamora, los enamora...

Que ese Levante

cuando está desafiante,

loco de amor delirante

me la vuelve medio loca...

Salta el Poniente, salta el Poniente

va a echá al Levante,

qué valiente, qué valiente...

Y se pelean los dos,

y todo es por amor,

por su novia dos hombres pelean,

que son los vientos dos hombres

que a Cai la cortejan...

La está arrullando el Levante

y al Poniente le da celos,

ya va a saltar, va a ganar... ya lo echó...

Son de amores, ay, estos duelos...

Que Cai, coqueta, los quiere a las dos,

cosas de mujeres,

que está que se bebe los dos vientos,

los dos vientos, ay, los dos vientos...

El cielo de Cádiz (1998)

El año siguiente, la emergente comparsa de Tino Tovar 'El cielo de Cádiz' también homenajeaba al levante.

Cuando combate el levante

siempre le estamos riñendo:

"Mira qué viento malaje,

con lo bien que estaba el tiempo".

Pero lo que nadie sabe

es que este viento caliente,

se viene aquí muchas tardes

porque nos quiere, porque nos quiere.

Suele entrar,

en la provincia gaditana

allá por Tarifa,

pa robar, la esencia de nuestros olores

que le da la vida.

Y ya en el Campo Gibraltar

se queda el aroma de la mar

luengo en la Janda

ese perfume se destila.

¡Ay! entre encinas y alcornoques,

entra por la Sierra

con sabor a leña

pueblecitos blancos

que decoran montes.

¡Ay! después marcha a la Campiña,

llega a las Bodegas

y de allí se lleva

la fragancia a vino

que le da las Viñas.

El río Guadalquivir

le da el aroma a las Marismas

y por Sanlúcar toma el de la manzanilla

ya Don Levante ve acabar su travesía.

Marcha por la Bahía impregnándose de mar,

de la Playa y las Salinas

y arrojando tus aromas a la marea,

al mundo grita:

que es gaditano y que aquí está su vida.

Lo que el viento se llevó (2017)

De levante se 'jartaron' en 2017 Ángel Gago y compañía con el cuarteto 'Lo que el viento se llevó', contando las peripecias de una peculiar familia que se viene de vacaciones a Cádiz y le pilla una semana de ventolera.

Los peregrinos (2017)

Para cerrar el homenaje carnavalesco al viento de levante valga una copla muy reciente que no se llegó a cantar en el Concurso del Falla. Hablamos de Juan Carlos Aragón, su excelsa pluma y su comparsa 'Los peregrinos'.

De cuál de los miles de infiernos viniste.

Maldito ladrón de la sal de la playa.

Debajo del sol, cuando rompes y estallas,

nos falta escondite

pa tanto canalla.

De cuál de los viejos desiertos de arena

te mandan para quebrantar

a las olas del mar y a las aves del campo.

De cuál, comandante del mal, vengador criminal,

semental de las penas.

De cuál de los miles de infiernos viniste hasta aquí,

ay, maldito diablo.

Con la paz, con esa blanca paz,

que se respira en las calles antiguas de la libertad,

perfección de las piedras, recortando el cielo,

azul es el cielo, la tarde amarilla,

roja la barquilla, plata la humedad,

serena la balaustrada, con la madrugada velando su alma.

Cádiz, maravilla en calma,

pesadilla por llegar.

Y de pronto como una fiera

titiritando de hambre,

aparece la calavera

del asesino Levante.

Con su mísera dentellada

y con su lengua de fuego,

como si fuera una emboscada

de los bandidos del cielo.

El bombardeo comienza.

En Cádiz ya no amanece.

Como si fuera la guerra

Como si fueran franceses.

arde toda la ciudad

en señal de resistencia,

pero nuestra independencia

no ve el día de llegar.

Hace falta que algún dios

baje al mundo nuevamente

y detenga ese cañón

que está matando a la gente,

que la está volviendo loca

que no la deja vivir.

Hace un falta un Dios que llegue hasta Aquí

y lo eche de Cádiz eternamente;

Y que a la tacita, por su bondad infinita,

Le devuelva el poniente.

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