Diario del Carnaval

Ocho agrupaciones infantiles estarán en la gran final del 25 de mayo

La chirigota 'Los saltamontes saltarines de las cordilleras del aculaero'.

La chirigota 'Los saltamontes saltarines de las cordilleras del aculaero'. / M.F.

Ocho agrupaciones de las diez presentadas disputarán la gran final del COAC en su categoría de infantiles en la tarde del 25 de mayo, después de que el jurado emitiera su veredicto, que se hizo esperar, cerca de las nueve y media de la noche. La felicidad fue para la comparsa de Puerto Real ‘Con el paso del tiempo’; las chirigotas ‘Los @yonotube’, ‘Las lolas lolitas’, ‘Los saltamontes saltarines de las cordilleras del aculaero’ y ‘Dando la nota’: y los cuartetos ‘Los que no ganan pa bonobús’, ‘Los enamoraos del Parque’ y ‘Mi qué cuerpo’.

El jurado estimó oportuna no clasificar a dos agrupaciones: las chirigotas ‘Cómo has tenido valor’ y ‘Los desollaos’.

Antes de la decisión del jurado abría telón la chirigota ‘Los saltamontes saltarines de las cordilleras del aculaero’, monjes guerreros shaolin discípulos de ‘Shaolin’ Santander, uno de sus autores junto a Juan Pérez Casado. Pequeños chirigoteros, rapados para la ocasión, con movimientos añejos que, a pesar de su procedencia oriental, prefieren la caballa al pollo al limón.

Kung-Fu caletero y pasodoble con olor a escollera. Homenaje a sus madres, auténticas guerreras. Primer cuplé sobre el cambio de fechas del Carnaval y segundo a la pandemia. Son más de “pataítas” flamencas que de “patás”, según su estribillo. 

En el popurrí hubo lugar para homenajear a un conocido vendedor ambulante: “Espárraaaagooooo”. O para suspirar por las niñas del colegio de La Palma y relatar en una cuarteta un domingo en La Caleta. Final viñero, con bombazos de arte y vámonos para el barrio. Gran ovación del público.

El jurado lo va a tener difícil con los cuartetos. El de este jueves, ‘Mi qué cuerpo’, de Cádiz, dio un gran nivel con un Hugo Sánchez llevando las riendas, demostrando unas tablas impropias para su edad y en el papel de un policía local obsesionado con el Carnaval. Tanto que en vez de silbato lleva pito de caña y en lugar de esposas, serpentinas. Una comisaría más que gaditana. El otro Hugo, de robot-policía, y Alma y Carmen como las hermanas Trini y Nina, las ‘Trisnina’. Aunque Alma hizo doblete, representando a Margarita, una becaria de la comisaría.

En la parodia hacen un reconocimiento facial a uno de los autores, Manuel Domínguez Portilla, que ha hecho este cuarteto junto a Jesús María Melero y Sergio Guillén ‘El Tomate’. El reconocimiento no fue muy acertado, pues lo confundieron con Paquirrín. Si les acorrala un delincuente le ponen un audio de la comparsa ‘Los herederos del levante’. “La policía no está pa asustarnos, está para ayudarnos”, defienden al finalizar el popurrí. Blam, Blam. Qué arte de actuación.

Chirigotas de Córdoba, Barbate y San Fernando

La tercera agrupación de la tarde fue la chirigota de Córdoba ‘Cómo has tenido valor’, de José Ignacio Garrido Pérez, mixta, con un tipo de superhéroes en tiempos de pandemia, tan valientes como lo fueron niños y niñas en el confinamiento. Primer pasodoble contra quienes demonizan a los jóvenes y segundo a los niños que están sufriendo en las guerras. Buenos mensajes en sus letras, apropiados para la categoría y directos al corazón del público, en una interpretación llena de voluntad.

El primer cuplé dedicado al frío que han pasado este invierno en las clases con las ventanas abiertas como precaución por el Covid. Estribillo para reivindicar que además de a los sanitarios o a los “esenciales”, “ha llegado el momento de aplaudir a los chavales”. El segundo cuplé, a la ordenanza del nudismo en las playas de Cádiz.

El popurrí hizo un repaso por las peripecias vividas desde ese 14 de marzo de 2020 en el que llegó el virus. Y contó además con un curioso y certero alegato contra el acoso escolar. "Al llegar febrero, vaya, vaya, aquí no hay Falla”, rememorando al grupo The Refrescos antes de despedirse.

De nuevo la modalidad del 3x4 hizo su aparición en el escenario del Teatro Falla con ‘Dando la nota’, de Barbate, una auténtica ‘Royal Philarmonic Chirigota’ que en su presentación, bien cantada, recordaron ese bello tema ‘Do-Re-Mi’ de la película ‘Sonrisas y lágrimas’.

“No se vayan con la música a otra parte”, pedían al final de su primer pasodoble. Nadie se fue, pues el buen compás de la agrupación invitaba a seguirla con atención. El segundo pasodoble fue una oda a las cosas sencillas de la vida frente a lo material: playa, campo, visitar a los abuelos, deporte... Otro buen mensaje en la tarde. 

Cuplé al tipo que lucieron en 2020 y estribillo con recomendación: “Si no quieres dar la nota en este Carnaval, anda y corre pa tu casa y búscate un disfraz”.

Se escucharon interesantes mensajes apropiados para la categoría infantil

El completo y bien musicado popurrí de esta agrupación barbateña, original de Ramón Guirola y Antonio Lobón, recogió conocidos fragmentos clásicos, incluido el ‘Amor Brujo’ de Manuel de Falla. Reivindicó más presencia de música en los colegios. El final fue el Himno a la Alegría de Ludwig van Beethoven, muy aplaudido por el público, con letra alusiva a las ganas de Carnaval, seguido por la ‘Marcha Radetzky’, de Strauss, ese tema que el público acompaña con sus palmas en el tradicional concierto de año nuevo.

Guiño ochentero

Cerró la segunda semifinal de infantiles la chirigota ‘Los desollaos’, de San Fernando, con repertorio de Daniel Oliva y Miguel Monje. Desolladas las rodillas de jugar en las calles, pues representaban a un grupo de niños de los años 80. Postillas en las rodillas, como antaño. Camisetas de series como ‘Vickie el vikingo’’ o ‘Marco’, y programas como el ‘Un, dos, tres’. Guiño al pasado con trompos, limas y chapas con las caras de los futbolistas del Cádiz Club de Fútbol ochentero.

Pasodoble clásico para defender el veneno del Carnaval inculcado por un abuelo, integrante del coro mixto de La Isla, que este año no sale. En el primero de los cuplés la chirigota isleña aseguraba tener un trauma por la cabalgata de Reyes Magos de Cádiz, con el famoso oso de cabeza doblada. En el segundo, la cantidad de gel hidroalcohólico que embadurnado las manos de los integrantes desde 2020. En el estribillo se accidentaban jugando a la lima, juego que hoy sería impensable.

Añoranza en el popurrí. Juegos en la plazoleta, pollito inglés, la cuerda, piques con otras pandillas.., un deleite para los nostálgicos egeberos. El popurrí acabó, como es natural, cuando el dueño del balón se marchó acudiendo a la llamada de su madre. Buena actuación de los isleños. 

Así terminó la segunda y última sesión de infantiles, refrendando el buen nivel que ya los pequeños y pequeñas demostraron en la función inaugural.

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