La decisión del Patronato del COAC de distribuir a las agrupaciones que participen en el próximo certamen en 24 sesiones ha generado controversia entre los participantes por la larga duración tanto de esta primera fase como del propio Concurso. Normalmente, las medidas que toma la Junta Ejecutiva emanan del consenso de todos los colectivos que están integrados en ella. Sin embargo, el calendario para 2019 contó con la abstención de la Asociación de Comparsistas 1960, que llevó una propuesta propia con menos sesiones que fue rechazada. Por su parte, los demás colectivos han justificado la distribución de seis grupos de domingo a jueves y siete conjuntos los viernes y los sábados –por error el Ayuntamiento informó que los sábados y los domingos serían las jornadas con más agrupaciones– por los buenos resultados de la experiencia de 2017.

El presidente de la Asociación de Comparsistas 1960, Humberto González, explicó ayer que, entre las proposiciones que está entidad llevó al Patronato tras consensuarlas con sus asociados, una de las que presentó fue adelantar el inicio de las sesiones a las 20 horas y que las sesiones tuvieran siete u ocho grupos, reduciéndose la primera fase “entre cuatro y cinco días”. “Automáticamente, se nos negó nuestra propuesta por parte de todos los colectivos”, señaló González. De hecho, la propuesta que salió adelante fue la municipal. Asimismo, también se quejó de que en este encuentro se desestimó otra propuesta para que las cabezas de serie actuaran en el tramo final de la fase preliminar.

González expresó claramente que “el problema es que los políticos no quieren mojarse al poner las decisiones del Patronato en manos de las asociaciones de Carnaval”. Por ello, consideró que los colectivos deben participar como “un órgano consultivo”. Por ello, aportó como opinión personal que “si nos salimos del Patronato, nos tenemos que ir todas a la vez o ninguna, pero si hay que estar representados, hay que seguir con la representación”.

Con todo, el presidente de Comparsistas 1960 dio un “tirón de orejas” a los autores al sentenciar que “es hora de mojarse y de unirse”. “Todos miramos por un objetivo común”, aseguró.

El resto de las asociaciones, sin embargo, resaltaron que el calendario cumple con lo proyectado ya en 2017 o, al menos, es la solución menos mala. El presidente de la Asociación de Coristas Gaditanos (Ascoga), Antonio Procopio, resaltó que “todo el mundo decía lo bien que estaban las preliminares con seis agrupaciones, ya que eran más amenas”. Por ello, se preguntó que “no sé qué pasa este año”. Ante esto, remarcó que las decisiones que se toman en la Junta Ejecutiva, una vez que se aprueban, están más que aprobadas”, por lo que recalcó que “para cambiarlas tiene que haber una justificación lógica”.

A pesar de esto, reconoció que el del Falla “es un concurso que está vivo y cambia continuamente”, por lo que si la decisión de mantener seis agrupaciones por día “este año no gusta”, este tema “se piensa para el año que viene”.

En la misma tesitura se movió el representante de la Asociación de Chirigotas Carmeluchi, Paco Cárdenas, que argumentó que “aunque pueda parecer que el Concurso quizás sea un poco más extenso, merece la pena sacrificar la cantidad de agrupaciones por día y no poner las sesiones tan largas”.

Aunque defendió esta distribución de las preliminares, Cárdenas admitió que “soy de los que piensa que es verdad que el Concurso es demasiado largo. Deberíamos intentar buscar alguna vez una fórmula para acortar las preliminares. Eso es muy complicado porque quién lo hace y cómo se hace”. Con todo, el chirigotero apuntó al “récord de participación” como el problema que se ha tenido que afrontar para la configuración de las sesiones.

Por último, el presidente de Antifaces de Oro, Antonio Rivas, opinó que la idea que se aprobó el pasado martes es “la menos mala”, ya que “va a haber una agrupación buena al día, se va a mantener el interés del público hasta el final y se va a cantar a una hora cómoda”.

Un aspecto en el que entró Rivas fue en las medidas que se puedan tomar para los próximos años para frenar el aumento del número de agrupaciones. Una de ellas pasa por “no incentivar” a los grupos con el dinero de los derechos de retransmisión y de la publicidad del Concurso “a partir de una cierta calidad”, lo que ejemplificó al apuntar que “el que cante un solo día no se lleva nada”.