homenaje a paco alba

"Como padre y esposo era 'canela"

  • Cati Alba Flores desvela la cara oculta del "brujo"

Cati Alba Flores desvela la cara oculta del "brujo""Como padre 						y esposo era 'canela"

Cati Alba Flores desvela la cara oculta del "brujo""Como padre y esposo era 'canela"

Cati Alba Flores ha heredado de su padre una timidez que le hace desconfiar de su capacidad para explicar a un desconocido la cara mas íntima y verdadera del idolatrado genio del Carnaval.

Sin embargo, sabe hacerlo a la perfección, pero con una tremenda sencillez, otro reflejo quizás de la misma combinación que convirtió a las coplas de nuestro autor en inolvidables.

La escueta definición - "era canela"- con que recuerda al Paco Alba padre y esposo es buena prueba de ello.

María Flores Núñez, su madre, que vive con ella, aunque por su delicado estado de salud declina hacer declaraciones, asiente con la cabeza cuando Cali revive sus recuerdos de única niña de cinco hermanos en la casa familiar.

"Por las mañanas, nos levantaba a todos y empezaba a abrir las ventanas, diciendo ¡venga, a ventilar las uñasmas! A pesar de su aspecto serio, en mi casa era muy alegre y, cuando mi madre estaba enfadada, le cantaba y le bailaba para quitarle el mal humor".

Por la noche, "nos sentaba alrededor y nos contaba sus aventuras de cuando era monaguillo de chico en San Lorenzo, pero exagerándolo todo mucho, como aquello de que un día descubrió unos pies que asomaban por debajo de una cortina y salió huyendo y saltó una gran tapia. En esas ocasiones mi abuela, su madre, que vivía con nosotros, saltaba y decía ¡qué mentiroso!".

Era también, según certifica Cati, muy presumido, y por ello siempre ocultó su prematura calvicie, herencia de familia, bajo gorras o sombreros, incluso, dice, "dormía con un gorrito y, como era bajito, también se ponía zapatos con un poquito de tacón, para parecer más alto".

"Pero añade no era nada señorito y a la hora de trabajar en la casa hacía de todo; fregar limpiar, barrer. Y hasta nos enseñaba como hacerlo; cogía la escoba y decía: así es como se barre para que no se levante polvo".

Como única niña, Cati sabía como meterse a su padre en el bolsillo. Recuerda que le quitaba la gorra y le decía: "a ver, te voy a contar tres pelitos que te han salido" y entonces le pedía para esos zapatos de los que se había encaprichado. Paco entonces le decía a su mujer, que era la que administraba el dinero: "Dáselo María, que disfruten lo que yo no disfruté, que no sabemos lo que les quedará por pasar".

"Nunca -puntualiza- nos negó nada que él pudiera darnos. Quiso que todos estudiáramos, pero excepto uno de mis hermanos todos fuimos malos estudiantes. Yo incluso aprendí a falsificar su firma a la perfección para no enseñarle las notas del colegio. Después, cuando nos quería reñir, intentaba ponerse duro y cogía el cinturón, se lo ponía al lado, en el brazo del sillón, y decía algo así como a ver quien es el que sigue siendo malo, y ahí se quedaba todo. Cati recuerda también esos regresos tras los viajes a Madrid con la comparsa, que a Paco le gustaban tan poco, sobre todo si eran en avión, al que tenía pánico: "Todos esperábamos impacientes a que abriera las maletas y cuando lo hacía empezaba a sacar macetas de flores, que era lo único que traía. Le encantaban las flores y siempre andaba pidiendo cogollitos para sembrar, sin embargo él no daba ni uno. Ahora vivimos en un piso y me da mucha pena cuando veo que no puedo plan tar flores, con lo que a él le gustaban".

Paco Alba escribía y componía en casa, de noche o de día, cuando se le ocurría un tema para sus coplas. "Echaba mano de un papel -cuenta Cati- y se metía en su habitación. Siempre tenía papel y lápiz en la mesilla y muchas noches veía como encendía la luz para ponerse a escribir. Cuando quería meter una música moderna me decía: A ver niña, ¿cómo es eso que te llevas cantando todo el día? Yo entonces se la tarareaba y él cogía la guitarra y llamaba a mi hermano Paquito para que le ayudara a afinar con el órgano".

Cati y su familia nunca se han dedicado a proclamar por ahí su parentesco con Paco Alba, "porque nunca nos ha gustado figurar y por eso nadie sabe muchas cosas, como, por ejemplo, que el pasodoble ese tan conocido de Me dijo una gaditana... está dedicado a mi prima Manolita, que siempre le decía a mi padre: "a ver cuando me sacas algo". Un día le contestó : "este año va a ser" y lo escribió. Mi prima vivía en un patio, sin ventanas, por eso el pasoble dice eso de: "así es que paisana, ni yo soy cantor ni tú tienes ventanas".

El Carnaval de 1975, hace ahora 20 años, salió a la calle la última agrupación que escribiera Paco Alba. Un año después, una cruel enfermedad se lo arrebató a su familia dejando "un vacío muy grande", que, asegura Cati, todavía les cuesta superar.

Dos días antes de morir, Paco llamó a su hija y le dijo: "El médico se ha creído que estaba dormido, pero me he enterado de que ha dicho pobre Paco, de esta no sale. Dame un beso, que me voy".

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