Por fin acabaron con el gafe. La chirigota de Antonio Pedro Serrano, el Canjijo, volvía a una final tras no hacerlo desde 2011. “Bueno en 2015 hice un cameo en el coro de Pastrana, tengo un segundo de coros”, bromeaba el autor sevillano, contento de tener ya el premio de volver a estar en este último gran día de concurso.
Y para acabar con el malfario una serie de trucos que han hecho “un cortocircuito de suerte”. En el escenario un espejo roto y un gato negro delante de la foto de Juan Ardentía. Desde que este chirigotero llegó a la agrupación no habían logrado entrar en la final. “Por eso estoy más contento aún, por los que no han estado a la final, y por él, el premio es él”, apuntaba el Canijo.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios