El sueño duró un minuto más de una hora. El San Fernando tocó con la yema de los dedos la posibilidad de dar la campanada, de conseguir tres puntos de oro en un campo verdaderamente complicado y de redimirse del final de año. Pero no pudo ser y cayó 3-2. La pegada, el fondo de armario, la resolución de los de Ibiza impidieron que el gol de Aquino, ese con el concluyó la primera mitad, tuviese su recompensa. Eso sí, los isleños lucharon con honor hasta el final, volvió a soñar en el tiempo de descuento y cayó con la cabeza alta, dando un giro a la imagen ofrecida a finales de 2023 para soñar en el 2024.

Alfredo Santaelena, quizás precedido por lo que habían hecho los suyos en último partido disputado por los isleños antes de finalizar el año, hizo una auténtica revolución en el once inicial. El técnico madrileño cambió por completo lo que ha venido ofreciendo desde su llegada y la primera novedad estuvo en la línea defensiva y, en concreto en el lateral izquierdo, donde entró Luis Ruiz en detrimento de Víctor Ruiz que había sido el que habitualmente estaba ocupando la zona. Igualmente dio cabida en el centro del campo a Unai Naveira, que había tenido apariciones esporádicas cuando Héctor ocupaba el banquillo y que apenas había tenido oportunidad con Santaelena. Igualmente, el técnico se declinó por darle la titularidad a Pau Martínez y dejó fuera del equipo a Nahuel Arroyo.

Por su parte, la mayor novedad estuvo en la presencia, por primera vez esta temporada en el once inicial del joven canterano Yerai Dávila que venía reclamando desde hace mucho tiempo y con sus intervenciones en el equipo B, una oportunidad. Ante el líder el jugador isleño, que hace escasos días firmó su contrato como jugador del primer equipo se instaló en la media punta del cuadro de San Fernando.

Pues con esto, el equipo azulino compitió, y de qué manera, en la primera mitad. Los isleños salieron sin complejos, presionando en campo contrario la salida del balón de un equipo poderoso en esos menesteres. Y el entramado defensivo que puso en liza el técnico del cuadro azulino impidió, en casi todo momento las acometidas del equipo que comandaba la clasificación junto al Castellón.

En el 5 llegó la primera ocasión del cuadro local en un disparo desde cuarenta metros de Eugeni que obligó a Fuoli a mandar el cuero a córner. Los isleños se fueron estirando, conforme pasaban los minutos del encuentro y en el 13’ fue Pau Martínez el que tuvo la primera ocasión del choque para los de La Isla en un disparo desde la frontal del área que se marchaba ajustado al travesaño.

El choque transcurría sin apenas sobresaltos hasta el minuto 20 en una jugada donde el delantero ruso Obolskiy tuvo su más clara oportunidad. El ariete se adentró y disparó bajo entre varios defensas isleños, pero apareció la pierna de Fuoli para rechazar el cuero, el propio rechace no fue aprovechado por Jiménez que, de cabeza, mandó fuera el esférico.

Todo pasaba sin aparente peligro y con control hasta que un centro de Pau Martínez y el enésimo remate de cabeza de un Aquino que lleva cinco goles, de los seis que ha anotado anotados, de cabeza para poner el cero a uno con el que se cerraba un gran primer acto para los de La Isla.

En la segunda, la lógica invitaba a pensar en el acoso y derribo del equipo que ostenta la primera posición en la tabla. Pero los isleños continuaban descarados, valientes, sin complejos. Tanto es así que la primera oportunidad de la segunda parte fue para el siempre presente Aquino que tras un remate fallido fue objeto, por lo menos se planteó la duda, de un penalti en el 48.

Inquietaban los locales, respondía Fuoli que, tras un fallo en la salida de balón, tuvo que intervenir a un tiro de Gallar y Obolskiy, antes de abandonar el partido tuvo una clara de cabeza en el 58'. Era la antesala del empate, ese que se cocieron y se comieron los dos hombres que entraron en el campo en ataque, Olabe y Cedric que no perdonó en el segundo palo, libre de marca y en semifallo con la incertidumbre de saber si Carlos Blanco era capaz de despejar el remate.

El partido entró en incertidumbre, tan cerca estaba la remontada de uno, como el volver a ponerse por delante en el marcador, del otro. Y llegó lo primero, y llegó en un momento de desconexión, esa que se paga con creces en esta categoría donde hay rivales con gente de mucha calidad. Jiménez castigó la falta de concentración en tres minutos y puso tierra de por medio para sentenciar el partido y, a partir de ese momento entró en juego en corazón, mucho más que la cabeza, por parte del equipo de Santaelena.

Pudieron, los locales ampliar su cuenta con un disparo al palo, pero también es cierto que el tanto de Ángel Sánchez dio todas las alas del mundo a un equipo ya abatido. Tuvo su última oportunidad el cuadro isleño, en una falta lateral en el último suspiro, pero ya no había forma de dar la sorpresa, de dar la campanada, de dar un golpe en la mesa y se fraguó la primera derrota del año 2024.