De gacelas, magiquitos, gafes y morteruelos conquenses

Submarino amarillo

Martins, el senegalés que hizo un par de tantos al Cádiz, coge fuerzas en las fiestas, como el salvadoreño eterno. La mutación genética del fútbol hecho arte, hecho carne, hecho obra de teatro...

De gacelas, magiquitos, gafes y morteruelos conquenses
De gacelas, magiquitos, gafes y morteruelos conquenses

01 de febrero 2009 - 05:02

LA bestia negra de este año, el inesperado Conquense, mide de nuevo al supersticioso Submarino. Día del club en la ciudad de las casas colgás. "Importante partido frente a un equipazo, pero sin miedo, otro grande que nos tenemos que comer", advierten en el foro oficial del club castellano, donde, por cierto, escriben con menos retranca, mucha menos mala leche y más prudencia que en cualquier cibertugurio gadita. "Sería la derrota menos dolorosa", se curan en salud los sanganguis conquenses. Nada que perder. Veintidós euros la Tribuna. Y un reloj en la mente de todos, pues el partido de Copa conmenzó con diez minutos de adelanto, árbitro speedy gonzález, "¿por qué no se le puede ganar otra vez al Cádiz?", cuestiona al aire otro aficionado local. Porque sería mucha tela.

Morteruelo conquense: cólmese el perol de media liebre o conejo de country, una perdiz la mar de feliz, más de media gallina cobarde, un cuarto de jamón serrano del weno, un cuarto de hígado de cerdo, con perdón, y un cuarto de panceta. Y a ver si llega usted al medio tiempo sin visitar los cuartobaño del pizpireto estadio conquense. Para digerir una derrota, un empate o una triste victoria, nada mejor que un buen cucharón y tente tieso. Los conquenses son gente fina y educada, nada de atacar por dónde más duele, ni un solo improperio a los cadistas, qué gente más rara.

De guacamayos y perendengues blandengues. El Ateneo de Gafas y Cabezas de Cádiz, institución surreal y recreativa abierta al mundo y cerrada al pamplineo, propone desde ya que el Submarino presente en sociedad la mascota del siglo, el guacamayo Magiquito. Menos rumbitas, más canto timbrado. Dicen, por cierto, que "la gacela de Cuenca", el tal Martins, que ya ha puesto la cara colorá al Cádiz con sus tantos decisivos, se asemeja a Mágico González en ciertos comportamientos; en el campo, imposible, no hay par posible a Jorge González. Cuentan por ahí que el delantero senegalés con pasaporte europeo, que volteó al Submarino en Copa con dos golazos y una rapidez envidiable, confiesa en público, entre bromas y veras, que coge fuerzas en las fiestas. ¡Como Mágico! ¡Por fin alguien que lo confiesa! Mágico, patrón del estadio, gran obra teatral que aún no se ha presentado en Cádiz, ¿a qué esperan? La obra de Geovani Galeas, "San Mago, patrón del estadio", abunda en la genialidad del personaje. Para el autor, Mágico es una mutación genética, toma ya, un monstruo de la naturaleza, ¿no lo sabe ya?, "y él no tiene la culpa de su talento". No, espérate. Con la de tostonazos que se ven en Cádiz bajo el aura de arte de vanguardia o así, pidamos San Mago para el Fit naranja Fit cristal.

Sigamos con la teoría del gachó: "Mágico conoce el poder de la renunciación del mundo, de los bienes materiales, de la fama. Al Mago no le mueven los billetes, ni la fama. Aparentemente él tiene un uso del lenguaje muy pobre, no creo que vaya más allá de 300 palabras, pero éstas y sus combinaciones hacen que sean poéticas, poseen una alta calidad literaria las interpretaciones de Mágico, como cuando dice "Yo no pienso, yo lo que tengo es una música en la cabeza". Poesía espontánea. Al margen de normas, convenciones sociales y grandes carajotadas del mundo moderno, Mágico es como Sócrates, concluye el dramaturgo, no sin antes señalar que "la autobiografía espiritual" de Mágico habla de "putas, borrachos, maricas, futbolistas". Hombre, por favor. Un poco viciosillo el Geovani Galeas. Si no aparece el cazón en adobo, esa obra de teatro no vale ná. A la gacela de Cuenca le quedan muchos telediarios para llegarle a San Mago a las suelas de los zapatos.

Así que, visto lo visto, a la tercera va la vencida en Cuenca, hay que tenerlo muy en Cuenca, esta vez no nos vamos a chuflear de José Luis Perales que dio mala suerte, pero conviene hacerse eco de una entrevista a Abraham Paz publicada en el libro de anécdotas y curiosidades cadistas de Manuel Granado y José Grima. A propósito de milagros amarillos, el recordado futbolista portuense, ahora militante del Hércules de Alicante, pone los vellos de punta leer ahora el texto, a posteriori. Paz dice que jamás imaginó que iba a entrar en la historia del Cádiz a base de penaltis. Luego le preguntan cómo se lanza un penalti con tanta tranquilidad, por mor de sus exitosos lanzamientos en los acensos a Segunda y Primera. Para siempre quedará la imagen de Alicante, poste, portero, fuera, las manos en la cabeza, el autobús vacío, otro penalti para la historia, de héroe a villano. Del pasado imperfecto al futuro por venir. Mejor no pensar en gafes, gafas, cabezas y morteruelos, a relajarse con Magiquito y el teatro de autor.

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