Así se labra la senda hacia la primera plantilla. Actuando de este modo, la afición cadista puede tener esperanzas fundadas de que hay materia prima utilizable en categorías superiores. Los jugadores del Cádiz B demostraron ayer que atesoran calidad más que suficiente para andar en zonas menos peligrosas de la clasificación y para que ellos mismos confíen en dar el salto a pesar de recibir golpes como el consistente en que, inexplicablemente, Diego González no sea todavía titular, ni siquiera suplente, en el centro de la defensa del primer equipo.

El partido contra el Recreativo B respondió a las mil maravillas a la frase "lo que mal empieza, bien acaba". La exhibición amarilla que condujo al 4-1 tuvo un prólogo alarmante. Los onubenses saltaron al campo mandones y moviendo el esférico con una soltura digna de aplauso, manejando de paso a su antojo a un rival que no arrancó como lo suelen hacer los anfitriones ambiciosos sino como acostumbran los visitantes cagones, simplemente a verlas venir.

El premio merecido por los recreativistas no tardó en exceso en llegar gracias a un chut conectado desde el borde del área por el inquietante Waldo. Cerca estuvo de incrementarse el castigo a los locales en un cabezazo de Adri, pero cumplida la primera veintena de minutos empezaron a equilibrarse las fuerzas y el reparto de las ocasiones de gol. Óscar disparó pegado a la cepa de un poste, pero por fuera, y Ayala no halló la dirección de la portería. Con el descanso en los talones, en pleno tiempo añadido, la mejor combinación del Cádiz B hasta entonces propició un centro raso de Miguel que Canty aprovechó para igualar el marcador.

En una tarde sin viento, de pronto saltó un vendaval, pero de fútbol, nada más iniciarse el segundo periodo. La catarata monocolor de oportunidades derivó en tres tantos, serie cerrada por Molina con un imponente pepinazo. Esa media hora mágica pudo originar un tanteador de escándalo ya que los aturdidos adversarios salvaron in extremis tres remates que se colaban, cuyos autores fueron Pepe Castaño, Sana y Diego González.

A la desesperada, los ayer vestidos de rojo no arrojaron la toalla y pelearon durante el tramo final para al menos recortar una desventaja que había crecido a una enorme velocidad y de una manera totalmente inesperada según lo acaecido hasta el ecuador de la contienda. Entonces surgió el portero cadista, Manu López, para convertirse en una pesadilla para Caye Quintana y Antonio Domínguez, a quienes sacó tres disparos que tenían pinta de letales.

Cádiz B: Manu López, Jaime (Héctor, 82'), Molina, Diego González, Pepe Castaño, Sana, Miguel, Óscar, Canty, Carri (Raúl Palma, 77') y José Mari (Kevin, 66'). Recreativo B: Kilian, Illescas (Antonio Domínguez, 65'), Navas, Quintana, Mario, Adri, Ayala (Caye Quintana, 65'), Ricky (Blati, 57'), Waldo, Camacho y Koke. Goles: 0-1 (8') Waldo. 1-1 (46' del primer tiempo) Canty. 2-1 (57') Sana. 3-1 (67') Miguel. 4-1 (72') Molina. Árbitro: García Moreno (sevillano). Amonestó a los visitantes Illescas, Quintana, Mario y Camacho. Incidencias: Partido jugado en El Rosal ante poco más de un centenar de espectadores, menos de lo habitual.