Fútbol | Tercera División RFEF

Las defensas se imponen a los ataques en el Conil - Ciudad de Lucena (0-0)

  • Los jandeños merecen mejor suerte por su propuesta ofensiva tras el descanso

Lance del partido disputado este domingo en el Municipal Pérez Ureba.

Lance del partido disputado este domingo en el Municipal Pérez Ureba. / Conil CF

Conil y Ciudad de Lucena firmaron tablas sin goles en el Municipal Pérez Ureba tras un partido en el que, como era previsible a tenor de los números con los que se presentaban los contendientes, ambos equipos impusieron sus sistemas defensivos a la ambición ofensiva. El empate permite al conjunto jandeño mantenerse fuera de la zona peligrosa, aunque sin abrir hueco como deseaba, mientras que a los cordobeses les sirve para seguir a la estela de los mejores.

Pese a que Juan Reyes había avisado en las horas previas de la necesidad de mejorar las prestaciones en ataque, tanto a la hora de filtrar el último pase como en la efectividad en el remate, lo cierto es que en el encuentro de este domingo mostró más o menos la misma línea de los pasados , con mucha solidez y prioridad a la robustez del bloque, pero con escasa pegada. El entrenador local tampoco varió en exceso de entrada su disposición táctica y se limitó a cubrir la ausencia obligada del sancionado Calderón, expulsado la anterior jornada en la visita al filial del Ceuta.

En realidad, la apuesta de los amarillos tampoco merece demasiada crítica porque se enfrentaban a una de las pocas escuadras que encajan menos goles en el Grupo 10 de Tercera. La búsqueda del triunfo empezaba por cerrar la portería. Y lo cierto es que esa parte del plan salió a la perfección. De hecho, en la primera mitad los visitantes únicamente llegaron con peligro a las inmediaciones de Fran Sánchez en una acción de Chucky.

Por desgracia, la otra mitad de lo propuesto en las sesiones de entrenamiento se quedó en la pizarra, al menos hasta el descanso. El Ciudad de Lucena no permitió excesivas alegrías a su rival y éste expuso lo justito, sin asumir el menor riesgo. El miedo a perder le privó de la opción de ganar.

En la reanudación, el panorama cambió sustancialmente porque Juan Reyes predicó con el ejemplo de la ambición que pregona al tirar del banquillo para dar entrada a dos jugadores de arriba. Sus palabras y sus hechos se dejaron notar porque, ahora sí, el Conil fue superior a su adversario en los segundos 45 minutos.

Sin generar precisamente un aluvión de oportunidades, no en vano la falta de gol condiciona el proyecto de esta temporada, la propuesta de los jandeños fue la de ir claramente a por la victoria, al menos en posesión, en intención, en la intensidad para aprovechar las segundas jugadas. Pero no fue suficiente.

Y menos mal que los cordobeses no acertaron la que tuvieron, de nuevo a balón parado y esta vez por medio de Joao, porque si la igualada final puede considerarse un premio corto para los méritos del cuadro local, una derrota habría sido de lo más injusto.

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