Todos los Clásicos entre Algeciras y Balona son importantes para sus aficionados, para las dos ciudades del Campo de Gibraltar, por la historia, por el aspecto sentimental y de eterna rivalidad. Además, el que se juega hoy (18:00) en el Nuevo Mirador bien podría denominarse como un Clásico MVP, que traducido resulta, 'más valioso de lo que parece'.

Los algeciristas se juegan mucho, necesitan revertir su mala situación, la peor de la Era Sanlúcar tras llevar siete jornadas sin ganar en las que sólo ha sumado dos empates (en Albacete y en casa ante el Almería B). Una racha que le ha llevado a dilapidar su colchón de puntos hasta provocar cierto nerviosismo en su afición y colocarse a seis del descenso y a cinco de la fase de permanencia. Los triunfos lo curan todo en el fútbol y si es ante el eterno rival llega incluso a tener propiedades milagrosas. La Balona, como está en su idiosincracia, no tira la toalla en su lucha por la liguilla de ascenso y, en cualquier caso, quiere asegurarse ya la plaza de Copa del Rey. Los de Rafa Escobar son un equipo muy potente lejos de su estadio y sólo han caído cuatro veces a domicilio.

La importancia para los algecireños se palpa en las medidas tomadas por el club y el cuerpo técnico. Por primera vez en mucho tiempo, la entidad ha prohibido a sus jugadores hablar durante la semana con la prensa para evitar que se rompa la tranquilidad y el buen ambiente que asegura el técnico que reina en el vestuario.