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El arte del mazo y de la bola

  • Los portuenses Rafael Romero y Basilio Iglesias, orgullosos tras su subcampeonato en la Segunda División del Mundial por equipos disputado en la localidad inglesa de Bath

Los portuenses Rafael Romero Comella y Basilio Iglesias Lobatón, integrantes de un equipo completado por los cuatro hermanos asturianos José, Andrés, Gonzalo y Manuel Álvarez-Sala, se proclamaban el pasado 20 de mayo en la localidad inglesa de Bath subcampeones del mundo por equipos de la Segunda División de golf croquet. Atrás quedaban seis días de intensa lucha.

Los seis componentes del equipo español se alzaron con la segunda plaza tras imponerse en la fase de grupos a Bélgica (6-0), Escocia (4-2) y Letonia (5-1), eliminando a Alemania en la semifinal (5-2) y cediendo sólo ante Australia (8-5), la cuarta potencia del mundo, en un duelo "muy igualado, en el que todos los partidos se decidían por pocos aros, haciendo los australianos 167 y nosotros 154", afirma Rafael.

Rafael Romero (segundo en el ranking nacional de golf croquet) y Basilio Iglesias (tercero en una clasificación que encabeza José Riva, quien no pudo acudir al campeonato inglés) llevan tres años practicando este deporte. "Nos conocimos en las pistas de la Casa Grande de Vistahermosa, donde entrenamos siempre. Empezamos casi a la vez", apunta Rafael, mientras su compañero Basilio agrega que "las instalaciones de El Puerto son las únicas de España que disponen de tres campos reglamentarios, pues las otras sólo tienen uno, y son mejores que las inglesas que acogieron el campeonato o las portuguesas donde recientemente se luchó por el Open".

Ambos reflejan que fueron sus amistades quienes les llevaron a empuñar el mazo e intentar introducir las bolas por debajo de los aros, dificultando esa misma intención del contrario: "La ejecución no resulta tan fácil como parece en una disciplina deportiva que obliga a pensar mucho estratégicamente", remarca Basilio, quien enfatiza los kilómetros que se andan durante la competición, como demuestran los casi 19,5 que marcó su reloj durante la final en un solo día.

Rafael, por su parte, rememora cómo en dicha final hubo un punto que duró tres horas y media y cómo, tras una parada técnica para el sandwich, se dispuso al siguiente, que se extendió por espacio de cuatro. "Fue uno de los momentos más duros a los que me he enfrentado como jugador de croquet", reseña.

Ambos deportistas, satisfechos de haber contribuido a lograr el premio, corporeizado en un trofeo de cristal soplado, típico de la ciudad de Bath, señalan que lo más emocionante fue "escuchar el himno nacional español", interpretado por una banda de música local.

Basilio argumenta que "te acostumbras a verlo en la televisión pero todo cambia cuando tú eres el protagonista, en el momento en que suena como consecuencia de tu actuación, tras un campeonato que cumplimentamos casi perfecto". Rafael asevera que "lo más importante es representar a tu país en un Campeonato del Mundo" y comenta que "se me saltaron las lágrimas" mientras los sones invadían la campiña inglesa, anotando que "también resulta muy agradable recibir las felicitaciones aquí, en El Puerto". En este punto Basilio anota cómo amigos y seguidores de la Casa Grande estuvieron pendientes de los resultados, vía redes sociales, en todo momento durante el transcurso del evento.

Entre las anécdotas registradas en la cita, donde se compitió tanto con lluvia como con sol (los partidos únicamente se suspenden si hay aparato eléctrico o si la bola no consigue desplazarse), Basilio remarca la sorpresa de los ingleses ante la efusividad demostrada por los hispanos. "En el croquet hay mucha caballerosidad, gran contención, por lo que rivales y espectadores se quedaban perplejos cuando nos veían abrazarnos. Tras imponernos a Alemania nuestros compatriotas invadieron el campo. Desde la organización nos indicaron que nunca habían visto algo así", explica el jugador, quien enfatiza cómo él y Rafael "hicimos amigos en todos los equipos", intercambiando las camisetas con los australianos.

Tanto Rafael Romero como Basilio Iglesias insisten sobre la accesibilidad económica de esta modalidad deportiva, apuntando que Jerez dispone de un campo municipal en el que cuatro personas pueden ejercitarse en el croquet durante una hora por un total de cuatro euros, lo que supone un coste de sólo un euro por persona, disfrutando de la gratuidad de bolas y mazo.

Entre las curiosidades de este ejercicio tan poco conocido, comentan que las bolas se fabrican con resina, y que su peso no alcanza los 500 gramos, mientras que los mazos, de madera, presentan unos mangos de fibra de carbono para que todo el peso recaiga en los extremos, de manera que el momento de inercia a la hora del golpeo sea mayor.

Los dos amigos, que suelen practicar cuatro o cinco veces por semana, subrayan que para preparar el campeonato pasaron a ejercitarse diariamente los dos últimos meses. Ambos recomiendan la práctica de una disciplina que cuenta en nuestro país con cerca de 5.000 practicantes, de los que más de mil se encuentran federados y cuyo número va en aumento en los últimos años (hay dos modalidades, el Golf Croquet y el Association Croquet, aunque esta última, por lo que respecta a España, sólo se practica en la comunidad autónoma de Asturias).

Rafael no duda en agradecer su labor "a todas las personas que han promocionado este deporte en España, sobre todo el difunto Fernando Ansorena y el actual presidente de la Federación Española de Croquet, José Luis Álvarez-Sala, padre de los cuatro componentes asturianos que, junto a Basilio y yo, integraban el equipo español".

Con la satisfacción del triunfo conseguido, Rafael Romero y Basilio Iglesias preparan ahora las dos próximas citas que acogerá la Casa Grande de Vistahermosa: el Campeonato de Andalucía, que tendrá lugar entre los próximo días 10 y 12 de este mes, y la Copa de España por equipos, que se acometerá en julio.

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