Tahití en Maracaná: un partido por amor al deporte
"Muchachos, esta vez no. No vamos a llevar los ukeleles". Eddy Etaeta, el perfeccionista entrenador de la selección tahitiana de fútbol, buscó ajustar todos los detalles antes del viaje a Brasil, que tendrá esta noche un momento único para el grupo de aficionados que dirige: un partido ante España en el Maracaná.
Será un partido por amor al deporte, pura aventura para los tahitianos, 138 en el ranking mundial de la FIFA, y dos horas no del todo agradables para la campeona del mundo, que tendrá que jugar con el freno de mano puesto. Un freno de mano que el propio Etaeta le pide directamente a su homólogo español.
Tahití cuenta con sólo un jugador profesional y un equipo muy joven, en el que el jugador de mayor edad tiene 25 años. Basta con ver un entrenamiento y las limitaciones de los tahitianos para dominar el balón para confirmar que el choque de hoy aparece como uno de los más desiguales del fútbol.
Etaeta está preocupado también por el efecto que Maracaná pueda causar en sus jugadores. "Es un estadio famoso, entran 80.000 aficionados, y mis jugadores no están acostumbrados a eso", admitió el seleccionador de un país cuyo mayor estadio tiene capacidad para 10.000 espectadores.
Los tahitianos que no están buscando trabajo tienen empleos en los que cobran un promedio de mil euros al mes. El defensa Ludivion, por ejemplo, se despierta todos los días a las cuatro de la mañana para escalar las dos principales montañas de la isla de Tahití y limpiar los cocoteros, despejar la maleza y cortar los árboles enfermos. Luego entrena con la selección.
También te puede interesar
Lo último