Se escapó la primera oportunidad de sentenciar la permanencia. El San Fernando, que al menos se mereció venir de tierras madrileñas con algún premio, rompió su buena racha de resultados con una derrota en Fuenlabrada (2-1) cuando lo tenía todo de cara para haber sumado tres nuevos puntos que hubiesen hecho inalcanzables para sus inmediatos perseguidores. El sino del conjunto de Pablo Alfaro es sufrir y, tras ir cayendo desde el minuto 5, consiguió la igualada con el undécimo gol de Ilyas Chaira, pero vio cómo su rival, con diez efectivos desde el minuto 31, lograba el tanto que le daba la victoria y todo el aire del mundo.

El equipo isleño ofreció, prácticamente, el equipo tipo que está poniendo en liza Pablo Alfaro cuando todos sus hombres están disponibles. Solo ofreció el cambio obligado de cromos del sancionado Manu Farrando cuyo lugar ocupó Rafa Páez. Con ello, el equipo de La Isla comenzó el partido como ausente, lejos del ritmo que había impuesto en anteriores confrontaciones y, sobre todo, espeso.

En la primera llegada que ocasionó el encuentro, los de La Isla vieron como su meta quedó perforada. En un córner, el primero que se lanzaba en el choque, la pasividad defensiva permitió a Fer Ruiz, sólo en el primer palo, cabecear al fondo de las mallas.

Pareció que el tanto local podía encontrar una reacción a la parsimonia isleña, pero lejos de la realidad. Los de Pablo Alfaro no se adaptaban al calor, al terreno de juego, al horario, prácticamente no se adaptaban a nada y por ello las jugadas de peligro cayeron del lado local en la persona de Santi Jara que en el 13 y en el 24 puso en aprietos a Perales, en la primera ocasión con un disparo desde la frontal que se fue fuera por poco y en la segunda a la salida de una falta directa que obligó a realizar una gran parada al guardametas del equipo azulino.

Casi media hora de juego y un gol le costó al San Fernando entrar en el partido y, posiblemente la tecla de esa reacción estuvo en una jugada en el minuto 32’ de Gabri Martínez que se marchó por el centro tras un pase de Biabiany, teniendo que ser derribado por Aguirre cuya acción dejó a su equipo con diez jugadores. La falta cometida fue lanzada por José Carlos respondiendo el belga Craninx con una gran intervención.

La jugada más clara, sin embargo, para conseguir la igualada ocurrió en el 38, en un balón interior a Biabiany que se adentró en el área por su banda derecha, realizó un pase medido a la entrada de Gabri Martínez que solamente tenía que empujar el cuero dentro de la red. Inexplicablemente el catalán erró un gol cantado.

Los isleños con superioridad numérica en el terreno de juego parecieron hacerse con el dominio del choque en el final de la primera mitad, pero no encontraron puerta, ni siquiera en el tiempo de descuento cuando un centro de Luis Ruiz se paseó por el marco madrileño sin que llegase, por un pelo, al remate el propio Biabiany.

En la segunda mitad, como era de esperar, los isleños se hicieron con el mando del partido y acosaron a su rival en busca del empate. El fuerte calor reinante y el hecho de tener un efectivo menos, a la vez de ir por delante en el marcador, metió al Fuenlabrada en su campo y fue el conjunto de Pablo Alfaro el que tomó la iniciativa.

Tanto fue así que en el 56, Bicho pudo marcar abajo y en el 59’ fue Ilyas el que no acertó tras la salida de un córner. La igualada tenía, y debía, de llegar y lo hizo desde la banda de un Biabiany resucitado. El francés puso un caramelo en un centro desde la derecha que se comieron Gabarre e Ilyas Chaira, pero fue éste último el que de cabeza impuso el empate a uno.

Cuando todo parecía de cara, cuando todo estaba a favor de un equipo que se mostraba superior, cuando todo apuntaba a una remontada, llegó la reacción de los madrileños que en el 66, en un disparo de Cristóbal avisaron, y en el 74’ sentenciaron en una jugada que no debía de haber tenido más transcendencia que una contundencia que no tuvo de nuevo la zaga azulina para conceder.

Lo intentó el San Fernando y pudo conseguir de nuevo la igualada, pero la mañana no estaba para grandes gestas. Luis Ruiz lo intentó desde lejos y el balón se fue fuera por muy poco en el 76’ y en el 80’ llegó la más clara en un balón que quedó suelto tras el saque de esquina y Dani Molina, con toda la maestría del mundo enganchó un disparo con calidad que sacó bajo los palos viniendo desde atrás Fer Ruiz. En el 82’ fue Bicho el que disparó y el balón lamió el poste y el gol.

Las intenciones isleñas se fueron difuminando con el paso de los minutos, con ese quiero y no puedo que mermaba las aspiraciones de un equipo que tuvo en sus manos el haber certificado una permanencia mucho antes de finalizar la campaña. Próxima estación, el domingo ante el Rayo Majadahonda en el Iberoamericano de Bahía Sur.