Fútbol | Primera Federación

El San Fernando hace historia en Riazor ante el Deportivo

  • Con un tremendo gol de Gabri Martínez y jugando toda la segunda parte con diez, el equipo isleño arranca una gran victoria

Manu Farrando (i) intenta despejar el balón en la pugna con el deportivista Soriano.

Manu Farrando (i) intenta despejar el balón en la pugna con el deportivista Soriano. / San Fernando CF

Ha hecho historia. El San Fernando dio una alegría a todos y consiguió una enorme victoria ante el Deportivo de la Coruña. El equipo isleño, en su primera comparecencia en Riazor, supo sufrir durante 100 minutos para cosechar su primera victoria lejos del Iberoamericano y, sobre todo, dio un golpe en la mesa al mostrar de lo que es capaz de la mano del nuevo técnico.

"Intentaremos encontrar sus debilidades en defensa". Salva Ballesta lo tenía lo suficientemente claro el cómo hacer daño al equipo deportivista y, en la primera acción de peligro, el conjunto azulino daba la sorpresa y le endosaba al todopoderoso Coruña un tanto histórico. 

El nuevo técnico del cuadro azulino había estudiado de sobra a su rival, conocía sus carencias y sus virtudes, y en esta primera mitad neutralizó ambas. Presentó Ballesta a cinco defensas por delante de Perales, por lo que puso en liza a tres centrales con una clara misión: secar a los hombres importantes del ataque deportivista. Farrando fue la sombra, incluso en ocasiones hasta el centro del campo, de Mario Soriano, sin duda el hombre que mas desestabiliza en ataque y José Carlos hizo lo propio con Gorka Santamaría, mientras que Rafa Páez libraba en las entradas de los centrocampistas. La banda derecha, más en defensa que en ataque, fue para Antonio Marín, que debutaba, y la izquierda, ante la ausencia de Luis Ruiz, tuvo la sorpresa de un hombre con largo recorrido como Javi Navarro.

Por delante de ellos, un batallador Caballero al que secundaba Dani Molina. Con ello, el técnico azulino dejaba a las claras que lo principal no sería construir, sino robar y salir rápido. Para esto, formó en ataque a los tres hombres más rápidos que posee, Gabri Martínez, Biabiany y Rubén del Campo, que se alternaban las posiciones con maestría y que, de paso, ayudaban en el centro del campo.

Todo salió a las mil maravillas en la primera mitad. Es cierto que hubo momentos en los que el equipo local, dotado de un enorme potencial, achuchó de lo lindo, pero no es menos cierto que el orden y la constancia fue la nota predominante en el equipo de un Salva Ballesta que se las supo todas en la primera mitad.

En la primera jugada de peligro, en la primera llegada a las inmediaciones del rival, el equipo azulino se hizo con el partido. Perales sacó en largo, Rubén del Campo asistió y Gabri Martínez sentenció. Era lo soñado, ponerse por delante en el marcador para defender con sobriedad y salir con peligro a la contra.

Los coruñeses no inquietaron y no porque no quisieron, sino porque el San Fernando no se lo permitía. Quizás los minutos más complicados de la primera parte estuvieron entre el 32' y el 34', pero ahí apareció Perales, que estuvo inconmensurable. En primera instancia, José Carlos sacó de debajo de los palos. En la segunda, el cancerbero se lució ante un remate de Jaime y, en la tercera, se volvió a lucir en un disparo de Rubén Díaz. Todo era un muro infranqueable.

La primera parte terminó con un susto en el tiempo de descuento, en un disparo de Mario Soriano que tras dar en José Carlos se fue fuera. Todo parecía controlado.

En la segunda se repitió la historia. Gabri Martínez, en el 50', se inventó una jugada maradoniana que lo dejó en franca posición para poner el cero a dos en el marcador. El extremo fue trabado por detrás por Martínez, pero el colegiado no se percató del claro penalti.

A partir de ahí, el más difícil todavía. Biabiany, en una injustificable acción, dejó a su equipo con diez cuando al partido le quedaba más de media hora de juego. Fue el momento de ponerse el mono de trabajo, de darlo todo, de juntar al equipo, de tener ayudas constantes y, en eso, el San Fernando fue maestro. Pero se confió totalmente en Perales, que, en el 56', le realizó un paradón a Mario Soriano y, en el 83', volvió a repetir una más que feliz intervención ante Quiles. 

El San Fernando supo sufrir, supo hacer historia, supo confiar en sí mismo y cosechó una victoria que elevará, sin duda algunas, muchos enteros a la afición azulina, que hará creer en este equipo de nuevo y que llevará, sin duda alguna, a una dinámica positiva tras un principio de temporada excesivamente ajetreado. Y es que la victoria, además de hacer historia, vale su peso en oro.

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