Economía

La LFP descarta la huelga y negociará con los poderes públicos

  • Florentino Pérez y José María del Nido son algunos de los miembros de la comisión que tratará el asunto con los políticos.

Los clubes españoles de fútbol decidieron que por el momento no irán a la huelga en protesta por la subida  de impuestos a los jugadores extranjeros que proyecta el Gobierno,  aunque rechaza la medida y seguirá debatiendo propuestas  alternativas. 

La Liga de Fútbol Profesional (LFP), que agrupa a los equipos de Primera y Segunda División en España, descartó una medida de fuerza  tan radical como una huelga y prefirió formar una comisión de  negociación para tratar de encontrar una solución consensuada con el  Ejecutivo. En la comisión estarán los presidentes del Real Madrid, el Sevilla, el Numancia y el Gimnastic de Tarragona, además del propio presidente de la Liga.

La asamblea de clubes adoptó esa decisión en una reunión a la  que asistieron todos los equipos de Primera División, salvo el  Mallorca, y todos los de Segunda a excepción de Real Unión de Irún,  Castellón, Elche, Rayo Vallecano, Huesca y Cartagena. 

El PSOE y otros partidos de  izquierda acordaron el martes revisar la llamada Ley Beckham, que  hasta ahora rige en el país y que convierte a España en un paraíso  fiscal para los multimillonarios fichajes de los clubes de fútbol. España es el país con menores costes fiscales para los futbolistas  extranjeros, según un estudio elaborado por el gabinete jurídico de  la auditoría Ernst & Young. Por ello, el país se convirtió en un  destino preferente para jugadores de todo el mundo, a los que los  clubes pueden pagarles más fácilmente grandes sumas económicas. 

El Gobierno pretende que los científicos o profesionales  desplazados a España temporalmente y que tengan unos ingresos  superiores a 600.000 euros anuales tributen el 43  por ciento en lugar del 24 por ciento actual. La anterior ley fue aprobada en su día con la intención de atraer  a España a la "clase científica", pero fueron los deportistas de élite quienes más se beneficiaron de la medida. 

La huelga se salvó, al menos por el momento. Porque Astiazarán no  quiso pronunciarse sobre si una falta de entendimiento en la  negociación con el Gobierno podría llevar finalmente a una huelga.  Astiazarán emplazó a la celebración de una nueva asamblea, el 19  de noviembre, que adoptará decisiones oportunas "en función de los  avances o acuerdos alcanzados con los representantes del Gobierno y  el Parlamento". 

El presidente de la LFP compareció al término de la reunión, de  dos horas y media de duración, y justificó la decisión de no adoptar  ninguna medida de presión "en aras a la colaboración y el  entendimiento, y en busca de un dialogo urgente y eficaz". Pero todos los afiliados -a juzgar por el consenso expresado-  continúan disgustados por la medida del Gobierno. "Menoscaba la  capacidad competitiva del fútbol español respecto a otras grandes  ligas", aseguró Astiazarán, quien también se quejó de que no se haya  consultado a los clubes antes del anuncio. "La decisión para nosotros supone un cambio en la hoja de ruta que  habíamos establecido en los últimos años", agregó. 

Finalmente, Astiazarán insinuó que el fútbol es un importante  motor de la economía española: "El fútbol es una industria que mueve  muchísima gente, con capacidad de retorno importante para el Estado.  Estamos reivindicando la industria del fútbol profesional, influimos  en el Producto Interior Bruto, generamos trabajo, ingresos indirectos  y como sector e industria no estamos de acuerdo con determinadas  gestiones".

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