Antonio Rosano Navarrete lleva el deporte en la sangre. Desde pequeño disfruta con la práctica de múltiples disciplinas en las que además ha destacado. Y ahora ha dado un paso más. Recorre su primera temporada en el fútbol y lo hace de manera asombrosa con una cifra espectacular a modo de carta de presentación.

Antonio estudia, crece y practica deporte desde su infancia en el colegio San Felipe Neri, en Cádiz. Sobre todo fútbol sala, balonmano y baloncesto.

La pasada campaña fue integrante de la selección infantil andaluza de fútbol sala que participó en el Campeonato de España de comunidades autónomas disputado en Tarragona. Además, en Córdoba se proclamó campeón de España infantil con el combinado de Andalucía de fútbol playa, deporte en el que también sobresale.

Durante el presente curso 2022/23, Antonio Rosano está viviendo una experiencia nueva y provechosa. Sigue vinculado a alguno de los deportes que practicaba desde su niñez (el balonmano) y forma parte del Escuela Bahía San Fernando, equipo de fútbol que pertenece al San Fernando CD. Un conjunto compuesto por jugadores cadetes de segundo año salvo en su caso, cadete de primer año, es decir, el más pequeño de la plantilla con 14 años y medio.

Su adaptación al fútbol-11 ha sido meteórica. Como si llevara jugándolo toda la vida. Se desenvuelve como delantero y sus números son espectaculares. Acumula la friolera de 68 goles en 21 partidos, es decir, una media algo superior a los tres tantos por encuentro.

Antonio Rosano irrumpe con fuerza en su primer año en el balompié. Demuestra cualidades en la faceta más complicada, la del gol. Lleva el fútbol en los genes. Su padre es Keko Rosano, en su día jugador del San Fernando CD, Valladolid, Recreativo de Huelva, Ceuta...

Su elevada capacidad en la definición convierte a Antonio en el máximo goleador cadete de toda España esta temporada. No hay un joven de la categoría cadete en toda la geografía nacional que haga tantos goles como él.

Ve puerta con una facilidad pasmosa. El gol corre por sus venas y no para de engordar su cuenta con el paso de los partidos. Atesora sobradas facultades y además dispone de un amplio margen de progresión dada su edad y el corto periodo que lleva en el mundo del fútbol.

Antonio está disfrutando a tope de su primera aventura y da las gracias al club que le ha brindado la oportunidad. "Estoy súper agradecido al San Fernando por darme la oportunidad de jugar al fútbol la primera vez en mi vida y me gustaría jugar algún día en el primer equipo como hizo mi padre Keko Rosano".

Antonio tiene también sentimiento cadista. Es nieto del recordado Antonio Navarrete, tantos años delegado del equipo amarillo. "Tengo el corazón dividido porque mi madre era del Cádiz, mi abuelo Antonio Navarrete también y me gustaría vestir de amarillo".