El Cádiz B, que casi no había probado el sinsabor de una derrota durante la presente temporada, lo ha hecho un par de veces seguidas en tan solo cinco días pues a la encajada el miércoles en la visita al Sevilla C hay que añadir la sufrida esta tarde (1-2) en las instalaciones de El Rosal contra un Utrera muy sólido ante el que los amarillos pecaron de falta de creatividad durante demasiados minutos.

La primera parte, con un conjunto visitante con mayor capacidad combinativa en el centro del campo que un cuadro local que no hilvanaba acciones de mérito, acabó con ventaja mínima de los entrenados por Jesús Galván, que anotaron en el minuto 10 al ser Plusco más listo que nadie dentro del área, controlando el esférico primero y revolviéndose de inmediato para meter la punta de la bota ante la pasividad de su marcador y de un Cristian Arco que se quedó algo clavado y tardó en reaccionar.

Tras el descanso, los anfitriones demostraron más empuje que anteriormente, pero la escasez de ideas y la seriedad táctica del rival impedían la producción de oportunidades. Aun así, Leomar la tuvo en su cabeza en el minuto 70 pero Ayala salvó lo que se antojaba insalvable. La historia se repitió casi milimétricamente un cuarto de hora después, ahora con Javi Navarro como cabeceador a quemarropa. El portero utrerano volvió a protagonizar un alarde de reflejos y esta vez el balón no se marchó a córner sino que ese despeje con enormes apuros fue el origen de un contragolpe tan rápido como preciso y letal que medio minuto más tarde valía a los sevillanos para escaparse en el marcador.

No tiró la toalla el Cádiz B pese a que la montaña a escalar había crecido una barbaridad, pero ya no dio tiempo sino a dejar la diferencia en mínima porque el tanto del central Saturday se produjo cuando el reloj ya andaba por el minuto 94.