La Lebrijana se impuso merecidamente en campo del Conil, donde veteranos de peso como Raúl López y Fornell demostraron su oficio y sus puntas llevaron muchísimo peligro ante el portal defendido por Carrasco. El equipo entrenado por Sanchís cuajó un primer tiempo para olvidar pero desde la entrada en el campo de Narváez elevó su rendimiento y aspiró a la obtención de un empate que tampoco hubiera sido injusto del todo.

Los sevillanos saltaron al terreno de juego tomando el mando de la contienda de manera territorial aunque sin crear oportunidades claras de marcar. El dominio se reflejaba en el número de saques de esquina, seis por ninguno de los anfitriones, pero hasta el minuto 30 no hubo que apuntar alguna acción digna de mención especial. Fue Reales quien disparó y el balón lamió el larguero. El único remate del Conil antes del intermedio lo protagonizó Crespo en el minuto 38, sin apuros para el guardameta rival, y la respuesta inmediata propició el primer tanto al colocar Lúa el esférico en una escuadra en el lanzamiento de una falta. El panorama pudo empeorar porque Fornell estuvo a punto de incrementar la cuenta de los albiazules con el tiempo casi cumplido.

La Lebrijana salió mordiendo tras el reposo y bien pronto Reales cabececó al larguero. Los conileños empezaron a reponerse y, ya con Narváez en el campo, Raúl igualó gracias a un pepinazo desde fuera del área. Llegaron los mejores momentos de un Conil que pasó a actuar con tres puntas y grandes ansias ofensivas. Iván, el portero visitante, tuvo que trabajar de lo lindo para abortar sendos remates de Samuel y Crespo cargados de veneno. La desgracia se cebó con un equipo que estaba volcado, ya que una contra de la Lebrijana fue culminada por Plata mediante un testarazo.

El Conil acusó el jarro de agua fría y a partir de entonces jugó más con el corazón que con la cabeza, aunque sin tirar jamás la toalla. Poco después de que Carrasco frustrara un intento de Plata, Rodiel agarró un trallazo desde lejos que restableció la equis. Nadie se contentaba con el punto y el partido se rompió por completo, dando lugar a que en el tiempo añadido Joaqui cometiera al derribar a Plata el penalti que la postre resultó decisivo.