El Conil suma y sigue. El equipo de Simón Carro se deshizo a base de oficio del Tomares (2-1) en un partido en el que tuvo que echar mano de la paciencia para esperar su momento. Los amarillos y los sevillanos tuvieron en el fuerte viento de levante a su principal enemigo, pero acabaron por adaptarse a esta circunstancia y en la segunda parte aportaron en forma de goles la salsa más anhelada en el fútbol.

Hay que hablar de una primera mitad de intensidad y esfuerzo en cada acción. Con Alberto Quintana y Calderón en la zona de creación, los conileños sufrían para distribuir el juego como en otras ocasiones, aunque tampoco Fran Sánchez pasaba por momentos de angustia. Hubo dominio alterno y mucho cuidado en evitar errores en tareas defensivas, para lo que el viento era el enemigo número 1.

La segunda parte dio paso a una mayor presencia en las áreas por parte de uno y otro conjunto, si bien la sensación era que el primero que se equivocara lo podía pagar caro. Y así fue como en el minuto 70 Paúl hizo valer uno de esos errores para poner en ventaja a los de casa. Un tanto que desatascaba un choque de físico más que de talento.

Para evitar dudas, a falta de cuatro para la conclusión Orihuela, que llevaba seis minutos en el campo, acertaba con la portería de Álex Carmona para sentenciar el duelo. Sin embargo, el empuje del Tomares fue grande en el tramo final tratando de quemar sus naves en el área conileña. Fue de esa manera como Chaves le dio emoción a la prolongación, aunque los de Simón Carro evitaron cualquier contratiempo para quedarse con los tres puntos.

Los gaditanos ocupan la octava posición, 13 puntos por encima de la zona de descenso en una temporada que transcurre de manera sensacional primero con Juan Reyes en el banquillo y ahora bajo la dirección de Simón Carro. Este próximo miércoles los amarillos recuperan el encuentro pendiente en el Colombino frente al Recreativo de Huelva.