El Algeciras vuelve a apostar todo al Nuevo Mirador

Peña Deportiva: Moro, Baena, Rafa, Dani, Adrián, Ramiro (Moreno, 64'), Rubén Martínez, Piquero, José Luis, Raúl Gómez (Kevin, 80') y Pacheta (Álex, 90'). Algeciras: Josemi, Máiquez, Benítez, Berlanga, Antonio Merino, Melchor, Manzano, Mario, Adri Pavón (Víctor, 86') Antoñito (Antonio Jesús, 80') y Joselu (Willy, 71'). Árbitro: Beatriz Gil Gozalo (madrileña). Tarjeta amarilla a José Luis, Pacheta y Máiquez. Incidencias: Unos 700 espectadores en el Municipal de Santa Eulalia ibicenco para asistir al partido de ida de la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda B.

Otra vez en manos del Nuevo Mirador. El Algeciras empató a cero ayer en el Municipal de Santa Eulalia ante la Peña Deportiva en el partido de ida de la segunda eliminatoria por el ascenso a Segunda división B. El equipo de Mere, con un once que vivió un revolución en cierta medida, se recompuso del varapalo sufrido ante la Arandina y mostró esa tónica de sobriedad que suele dejar en sus desplazamientos. Sin embargo, dicho esto, los albirrojos siguen reñidos con el gol. Berlanga tuvo la oportunidad más clara pero se topó con un palo. Adri Pavón marró la ocasión más clamorosa de la tarde. Y al final los algeciristas pudieron pagarlo caro pero Josemi estuvo a la altura de lo esperado en los aguijonazos más peligrosos de los baleares. La sensación es que el Algeciras se levantó pero, como ya sucediera en Aranda de Duero, dejó escapar un tren para ponerse en ventaja. Otra vez. La eliminatoria, así pues, queda abierta para el próximo domingo en el estadio de La Menacha.

El empate sin goles vuelve a dejar un sabor de boca agridulce. El Algeciras intentó cosas nuevas ayer en Santa Eulalia, tuvo el dominio durante muchos minutos, sobre todo en la segunda parte, y se adaptó a un terreno de juego mucho más pequeño de lo que anunciaban los ibicencos. Un campo sinténtico que dificultó mucho el bote del esférico e impidió que uno y otro apostase más por conducir la pelota. Aunque lo cierto es que el Santa Eulalia renunció pronto a complicarse la vida y abusó del balonazo para desesperación de los visitantes, ayer de azul oscuro y rojo.