Crisis del coronavirus

Desescalada: Sanlúcar inicia un Rocío “de luz y solidaridad”

  • Pese a la suspensión de la romería por la pandemia, la hermandad sanluqueña celebra el miércoles de embarque con una misa extraordinaria presidida por el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos.

El obispo de Asidonia-Jerez y la junta de gobierno de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar, después de la misa.

El obispo de Asidonia-Jerez y la junta de gobierno de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar, después de la misa. / Óscar Torres / Juan M. Jurado

Como si el miércoles de embarque rociero de cualquier otro año se tratara, los acostumbrados cohetes de primera hora de la mañana han despertado a Sanlúcar anunciando que es una jornada especial para los devotos de la Blanca Paloma en esta localidad gaditana. 

La crisis del coronavirus ha impedido el espectáculo de la travesía de los peregrinos por el río Guadalquivir para cruzar desde la playa de Bajo de Guía hasta la orilla onubense de Doñana, pero no una celebración religiosa extraordinaria de la Hermandad del Rocío sanluqueña. Así, el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, ha presidido una misa en la Capilla de San Jorge.

La solemne eucaristía, celebrada a puerta cerrada pero retransmitida a través de la emisora pública Costa Noroeste Televisión, ha inaugurado un programa de actos que se desarrollará hasta el próximo miércoles en el céntrico templo. La sede canónica de la hermandad de Sanlúcar volvió a abrir hace unos días y puede visitarse en horario de mañana y de tarde, pero los rocieros también tendrán la posibilidad de seguir los rezos previstos a través de las redes sociales.

En la misa, el obispo dirigió un mensaje de ánimo a los devotos de la Virgen del Rocío en la actual situación de “profunda oscuridad” por la pandemia. “Nos creíamos que éramos más que Dios, que lo teníamos todo controlado, pero nos encontramos con un bichito pequeñito al que ni siquiera vemos”, afirmó en alusión al Covid-19.

Según Mazuelos, “esta pandemia nos ha enseñado que ante la vida, ante el mundo, ante la realidad, no somos dioses, sino como niños pequeños asustadizos y con mucho miedo” que es posible afrontar “agarrando de la mano a la Virgen del Rocío”.

El obispo explicó que los rocieros vivirán este año “un camino extraño”, dada la suspensión de la romería por el coronavirus, pero destacó “la esperanza de que vamos a encontrarnos con la Blanca Paloma en Almonte dentro de unos días”. Igualmente, subrayó que “en este tiempo difícil, los rocieros se han volcado con la caridad y la generosidad”. “Esta pandemia traerá sufrimiento y pobreza, pero si todos ponemos nuestro granito de arena, seguro que será más llevadera”, añadió.

Por su parte, el hermano mayor, Rafael Gálvez, que solo lleva unos meses al frente de la corporación sanluqueña, de manera que vive estos días su primer Rocío con dicha responsabilidad, expresó los “sentimientos encontrados” de los peregrinos en las actuales circunstancias, con “una lucha entre la alegría y la tristeza”. “Hoy sería el día marcado a fuego en el calendario de los rocieros sanluqueños, porque hoy nuestra hermandad se haría cofradía para salir al encuentro de la Blanca Paloma a recibir el Espíritu Santo de Pentecostés tras cruzar el río, el pinar y la marisma”, manifestó en la misa.

Gálvez habló de una “romería diferente, inédita para todos nosotros” en la que “no nos vence la desilusión ni la desesperanza” gracias a la fe en la Virgen del Rocío. El hermano mayor planteó el “comienzo de una romería de luz y solidaridad” marcada por la ayuda a los más necesitados “de forma más intensa todavía”. En este sentido, agradeció públicamente el apoyo prestado por las conocidas como “reuniones rocieras” y los hermanos que han venido colaborando con la bolsa de caridad de la hermandad desde que estalló la crisis del Covid-19.

Fuera del templo, en la calle San Jorge, los sones de los pitos rocieros anunciaban que es tiempo de romería… con permiso de la pandemia.  

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