Con la Venia

Igualdad . Por Fernando Santiago

  • IGUALDAD

  • Durante muchos meses estuvo fijada en la fachada de la Diputación una pancarta que decía “Hay más crímenes machistas que suicidios o accidentes de tráfico”. Cualquier reclamación que se base en una mentira pierde efectividad: frente a 45 asesinatos machistas al año hay 4.000 suicidios y más de mil muertes por accidentes de tráfico. Afortunadamente la pancarta ha sido retirada y la asesora que llevaba viviendo del cuento décadas ha sido cesada. La lucha contra los asesinatos machistas es una causa necesaria que precisa del apoyo de la administración y de la sociedad, todo esfuerzo en pos de la igualdad entre mujeres y hombres es imprescindible. Gente de bien no es aquella que imagina Núñez Feijóo, es la que defiende causas justas y la igualdad entre todas las personas sin distinción de sexo, religión , color de piel, raza o nacionalidad es fundamental. En todo movimiento pueden producirse excesos, pero no hay que fijarse en ellos sino en el fin que se persigue. En el caso de la igualdad entre hombres y mujeres se ha avanzado a pasos agigantados en todo occidente, puede que haya sido uno de los mayores cambios habidos en nuestra sociedad. Por supuesto, no es suficiente, hay que continuar. A mi modesto entender lo más importante es garantizar la seguridad de las mujeres que puedan ser amenazadas, agredidas , sufrir abusos o incluso la muerte. Esa era la intención de la llamada Ley del Solo Sí es Sí , pero como el sueño de la razón produce monstruos ha tenido como resultados 700 rebajas de condena a otros tantos condenados. Cuando alguien se equivoca lo mejor es reconocer el error y corregir el fallo, como comenzó a hacer el martes el Congreso de los Diputados con el rechazo de Podemos contumaces hasta la extenuación desde la superioridad moral en la que se creen instalados (e instaladas). Estaría bien que el feminismo no tuviera feministas profesionales que perciban un salario , sería maravilloso que no se importasen anglicismos (sororidad, empoderamiento, género como sexo) y que no se retorciese la lengua española con esas duplicaciones ridículas, sería de agradecer que la gente se fijase solo en los hechos y abandonase la fe ciega (esa majadería de “hermana yo sí te creo”, o peor aún: “nos asesinan”), sería conveniente que el feminismo no sea solo una moda para comparsistas fracasadas con estupideces tipo “cómeme el coño” ou otras similares. Dicho lo anterior, creo que es una causa imprescindible que, si me apuran, debería tener como prioridad de las sociedades en el primer mundo a fijarse en las condiciones de vida de las mujeres del tercer mundo que sufren mutilaciones, ataques y una vida al borde de la esclavitud sin poder quejarse.

  • Dos cosas para terminar:

  • No conozco ningún caso en que por el mismo trabajo un hombre gane más que una mujer. Di uno. Digo más: si alguien conoce algún caso debería denunciarlo en la Inspección de Trabajo.

  • Ni una sola feminista de Cádiz ha abierto el pico para denunciar los homenajes al comparsista maltratador. Todas calladas de manera vergonzosa. Mucho valor para criticar el heteropatricarcado pero luego no se atreven a hablar de un comparsista. Ni la concejal de Feminismos, ni la concejal de Fiestas, las dos calladas. Se llama miedo, porque saben de lo que hablo.

  • Fernando Santiago