Con la Venia

Carnavalización. Por Fernando Santiago

  • CARNAVALIZACIÓN

  • Tres años sin carnaval nos ha traído  dos meses de fiesta,  si no querías caldo ahí llevas dos tazas. La vida es un carnaval y las penas se van bailando. Entre el concurso eterno, la propina del Día de Andalucía y el Carnaval Chiiquito, llevamos dos meses como si se hubiera parado la ciudad, la pax olímpica que hacían los griegos al ritmo del tres por cuatro, cuatro por cuatro o como sea eso.  Como algunos venenos,  si se diera en pequeñas dosis sirviría para curar y si se abusa, nos van a matar a todos. Los hosteleros supongo que estarán contentos por una vez en su vida, a pesar de Los Llorones, después de llenar hoteles y restaurantes durante tanto tiempo. Tan es así que este periódico señala que gracias al carnaval se ha creado empleo en la provincia  en contraste con el resto de España donde ha subido el paro.  A mí me parece un poco pesado tanto carnaval, pero constato que no me afecta, salvo  por el río de meados que baja por mi calle, pero lo puedo soportar. El problema de esta ciudad es que el carnaval monopolice la vida local, que los carnavaleros sean los ciudadanos más famosos (“nuestros sabios y artistas otros países los recordarán” que cantaba Paco Rosado), que se perdonen las tropelías que algunos han cometido en su vida privada porque hacían buenos pasodobles, que haya colegios, calles y plazas con nombres de comparsistas, un paseo de la fama, un teatro monopolizado por la fiesta,  así hasta el infinito y más allá. Tendremos escritores y profesores de literatura  de sobra, pero al parecer no sirven  para nada hasta el punto de que a la hora de intervenir en las jornadas académicas del Congreso de la Lengua lo hagan los Hernández y Fernández de la Corporación , Paco Cano y Lola Cazalilla, aunque el único libro que se hayan leído sea sobre el Capitán Veneno o una novela  del Chapa, uno de los autores de cabecera del alcalde.  Salvo un mes de capilleo y los domingos del Cádiz, el resto vivimos  carnavalizados, solo falta alguna cofradía dedicada  a  comparsilandia , con el Sherif bajo palio, o algunos que deben   estár en los cielos, según señalan sus seguidores al Hispasat o al techo del Falla. La promoción del Cádiz se hace al ritmo de bombo y caja, los spot de la radio y las tertulias se hacen con la entonación de un cuarteto, blam blam. Si usted quiere vender algo o que su negocio gaditano  prospere, contrate la participación de algún famoso autor en su defecto un  octavillaita, tanto da. Si algún hijo suyo quiere prosperar en la vida,, se tendrá que ir de Cádiz en el caso de que quiera dedicarse  a alguna profesión de cierto  nivel  intelectual. Lo cantó el alcalde con su comparsa  y ocho años después seguimos igual , la gente sale por el puente , nosotros felices.

  • Fernando Santiago