La verdad es que, una vez leído el primer volumen de esta serie, echo la vista atrás, a mis años más juveniles y qué bien me lo hubiera pasado disfrutando con las aventuras de Derek Dinamo y su mejor, y único amigo al principio de la historia, Superdinosaurio.

Y es que este cómic reúne todos los ingredientes necesarios para el pasar un muy buen rato. En primer lugar, ¿a quién no le atrae un emplazamiento ultrasecreto, una base super tecnificada, oculta a los ojos de todos?

Pues bien, este lugar es la Domo Dinamo, y allí vive Derek junto a uno de los mejores científicos del globo, su padre Dexter Dinamo, descubridor del Dinoral, un mineral que tan solo se encuentra en las entrañas del planeta y que dota de energía a todas sus creaciones.

Porque sí, el Doctor se internó en lugares a los que el hombre nunca había llegado, descubriendo que en el centro de la Tierra existe otro mundo poblado por multitud de especies de dinosaurios, entre ellos, un tiranosaurio muy especial que, equipado con una armadura que le permite total autonomía, se ha convertido en el compañero de peripecias de Derek y al que le chiflan los videojuegos y el basket.

Hasta aquí todo lo bueno. Y es que en el corazón de algunos hombres, los éxitos y logros ajenos no causan alegría, sino la más profunda de las envidias y rencores. Es el caso de la némesis del Dr. Dinamo, el malvado villano Max Maximus (cuyos rasgos, no creo que sea casualidad, recuerdan a los de cierto dibujante…) que les va a hacer las vida imposible a los protagonistas, acompañado por una legión de dinosaurios a los que, mediante experimentos, ha humanizado.

Acostumbrados a partir de aquí a nombres como Triceratrozos, Calamaurio, Erupticus, Demoleodón o los peligrosos tiburhombres, ya que ellos van a aparecer una y otra vez en el apasionante argumento para tratar de chafar los planes de Derek y compañía.

Y no serán los únicos…

Afortunadamente, la llegada de la familia Kingston va a equilibrar la balanza en muchos sentidos. Ya no solo por la compañía, que siempre se agradece, sino por los conocimientos de ingeniería robótica de Sarah y Bruce, los padres.

Junto a ellos Erin y Erica, unas hermanas muy, muy diferentes. Una de ellas se va a convertir, por méritos propios, en la nueva acompañante de Derek en más de una misión, aunque a Superdinosaurio este hecho no le haga mucha gracia…

La acción está asegurada al cien por cien en estas páginas en las que el guionista Robert Kirkman, cabeza visible del sello Skybound, crea una apasionante trama, ágil, que nos hace devorar una páginas genialmente dibujadas por Jason Howard, con el que también creó a un nuevo, y peludo, héroe de su particular universo superheroico, ¡El Asombroso Hombre Lobo!

Como os decía al principio, no veo mejor opción de lectura para los más jóvenes del la casa. Lo tiene todo: Aventura, humor, dinosaurios a gogó, su pizca de drama, villanos operísticos y robots…

¿Qué más se puede pedir?