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Laurel y rosas

Chiclana, "a ras de suelo"

Cuando José Ramón Ortega, el profesor y biólogo, se tumba a ras de suelo con su cámara el mundo deja de existir. “Me olvido de todo, todo se reduce a las plantas silvestres y yo, y me permite una perspectiva diferente. Es como si me metiera en su mundo o lo viera como ellas lo ven”. Así que no podía ser otro el título, “A ras de suelo”, con el que José Ramón Ortega bautizara su proyecto de publicar cinco volúmenes sobre las “flores silvestres del sur del Sur”. En total, serán, como describe, “doscientas cincuenta flores de Chiclana y sus alrededores, cincuenta por volumen. Todas son, propiamente, del litoral, porque incluyo además flores de Puerto Real, Conil o la costa de Vejer”.

Ortega acaba de publicar el tercer volumen, que continúa esa intención de mostrar breves apuntes botánicos con “instantáneas tomadas en su medio y con fondos naturales” de flores rarísimas o difíciles de ver, aunque no descarta, ni mucho menos, las más abundantes. Otras son cosmopolitas o, en cambio, singularmente endémicas, es decir, propias y exclusivas de Chiclana. “Todas tienen cabida. Los único que las une, además de que son de aquí, es que son bellas. El único denominador común es la belleza”, manifiesta.

También lo son los libros, editados de forma artesanal por La Gata Editorial, con el exquisito gusto de Carlos C. Laínez y Carmen Guerrero. “Yo quería hacer unos libros botánicos –señala Ortega–, pero también que fueran, de por sí, un regalo. El libro de alguien que está enamorado de la fotografía y de las plantas silvestres, que quiere darlas a conocer para que se protejan. Porque es obvio que si no las conocemos, no vamos a poder protegerlas”.

Conocer esa Chiclana a ras de suelo para conservarla “es la base de todos estos libros”, sostiene el autor. “Yo hice biología y luego me especialicé en Educación Ambiental –prosigue–, necesitamos dar a conocer esta flora para que se conserve. Eso creo que es lo prioritario”. El propio José Ramón Ortega, junto a la Sociedad Gaditana de Historia Natural y el Ayuntamiento de Chiclana, ha salvado una reserva de narcisos en la Loma del Puerco. “Ahí tenemos una reserva de tres narcisos únicos, que no los hay en ningún otro lugar de España. Y ahora está creciendo un cruce de dos. Y vienen a verlo desde toda España”.

Aún así, Ortega no ha incluido aún esos narcisos de La Loma entre las 150 especies que lleva hasta ahora publicadas en “A ras de suelo”, pero sí otros rarísimos como el narciso verde, que ha acabado de florecer. “Los de la Loma saldrán en el cuarto volumen, pero creo que ya están incluidas prácticamente los veinte tipos de orquídeas que tenemos en Chiclana. Quería enseñarlas porque son muy raras de encontrar aquí, pero las hay. Claro que las puedes encontrar en Grazalema, pero verlas en el Pinar de Hierro o en la misma playa de La Barrosa es rarísimo”.

Un tesoro desconocido. “También hay muchas de estas flores silvestres en el Pago del Humo o en el Marquesado –afirma–. En Chiclana tenemos una gran diversidad. El suelo, el clima, la humedad hace que se den un gran número de plantas en diferentes ambientes, incluso carnívoras”. La reacción muchas veces ante el libro es de estupefacción o de incredulidad. “Lo que más me dicen es: ¿pero esto lo tenemos realmente aquí? ¿Dónde lo puedo ver? Me gusta contagiar ese entusiasmo”, señala. Ortega incluso te lleva a verlas, te dice por dónde puedes encontrarlas, en qué pago o en qué ámbito, pero no publica los detalles de su localización: “Es que me ha pasado que cuando he dicho donde estaba exactamente cuál o tal flor, al volver ya no estaba. Son tan bonitas que se las llevan. Es lo que tiene la belleza”.

Por ser silvestre, quizás no la valoramos. Pero la flora agreste de José Ramón Ortega no es mala yerba. “No lo son, por supuesto. Y cada vez que las conoces más, menos todavía. Cada una tiene su cosa especial. Por ejemplo, muchas son medicinales o las hay que repelen insectos”. El desconocimiento de la naturaleza o el desarrollo urbanístico hacen que estos “elementos únicos de biodiversidad” –como califica a algunas especies el biólogo Ángel Sánchez García en el prólogo al tercer volumen– estén “a veces muy amenazadas”.

Sánchez García dice que “A ras de suelo” son libros “rebosantes de sensibilidad y maestría”. Indudablemente. También de devoción por la naturaleza, la conservación de la biodiversidad, la educación ambiental y testimonio de “un especial amor por la flora gaditana, especialmente la amenazada o más singular”, precisa. Realmente, por toda la flora silvestre en su ecosistema, en particular desde la Torre del Puerco y las dunas de La Barrosa al poblado de Sancti Petri y las marismas de Carboneros.

También Íñigo Sánchez, biólogo-conservador del Zoobotánico, ha descrito con precisión esta pródiga mirada que José Ramón Ortega comparte “a ras de suelo” para que conozcamos mejor esta “otra” Chiclana: “La belleza natural, el mero deleite de su contemplación, nos provoca maravillosas sensaciones placenteras y en este sentido nuestra flora no podría tener mejor embajador que José Ramón Ortega”.

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