Manolita Fernández, propagandista de 'La voz de San Antonio': “Espero que mis nietos continúen en Chiclana con esta tradición"
Desde hace 28 años, cada 13 de junio, llevada por su fe, reparte 4.000 panecillos bendecidos por San Antonio
Los panecillos cumplen 25 años
Este próximo viernes, Día de San Antonio y segunda jornada completa de la Feria de Chiclana, la ciudad vive una de sus actividades más populares: el tradicional reparto de panecillos en la calle La Plaza, puesto en marcha por la querida Manolita Fernández Tocino allá por 1997, cuando distribuyó 400 unidades. En esta 28 edición, serán 4.000, todos ellos bendecidos y envueltos en un sobre serigrafiado con la oración de San Antonio de Padua y su imagen, a modo de estampa.
Su promotora y propagandista de la revista ‘La Voz de San Antonio’ relata en esta entrevista cómo surgió y el objetivo de esta ya tradición chiclanera.
Pregunta.–¿Cuál es el origen de esta idea?
–De toda la vida, he sido muy devota de San Antonio de Padua. Vivía al lado de la Iglesia Mayor y desde que yo recuerdo, todos los días iba a verlo y a pedirle lo que aún le pido hoy: que me ayude en las necesidades.
Pasados los años, iba yo con mi marido por Sevilla, en un mes de noviembre, y entré en la librería San Pablo, donde compré un calendario de San Antonio y la revista ‘La Voz de San Antonio’.
Mientras pueda, lo voy a hacer, porque a mí el Santo me ayuda más que yo a él”
Quise suscribirme y llamé. Me atendió el Fraile Eloy y en la conversación me pidió que si le podía cobrar unos recibos de la revista que tenía pendientes en Chiclana. En vez de decirle que no, le dije que sí, pero con la condición que me mandara muchas estampas. ¡No sé cómo se me ocurrió eso! Pero creo que todo viene de la mano de Dios, porque me puse a regalar estampas por la calle y animar a la gente a suscribirse a ‘La Voz de San Antonio’. Eso fue en noviembre, pues en marzo ya tenía doscientas personas suscritas. Entonces entendí para qué quería yo tantas estampas. Mucha gente se acordará que entonces iba con una moto por toda Chiclana cobrando los recibos.
P.–Pero, el reparto de panecillos, ¿cómo surgió?
–Un día me vino a la memoria que mi abuela guardaba siempre algún panecillo en la alacena y no sé por qué uní esto con San Antonio. Le conté la idea al padre Rubio, entonces a cargo de la Iglesia de San Telmo y muy devoto del Santo también. Me dijo que sí, que me hacía la misa todos los días a las 11.00 y se repartían los panecillos.
Fue en 1997, teníamos 400, pero allí se congregaron unas 700 personas. ¡La qué se armó! Cuando el cura dijo venid a recogerlos, había gente hasta subida en el altar. Desde entonces, han pasado muchas cosas, como te puedes imaginar. Hoy se reparten 4.000 y desde hace cuatro años se hace en la calle, ya que desde la iglesia me recomendaron que, por el gran número de personas que asiste, era mejor así.
P.–¿Cuenta con ayuda?
–Yo me encargo de todo, de comprar los panecillos, de las flores, de la mesa, del mantel y de bajar el santo de la hornacina el día antes de la misa. Para eso, es verdad, que yo sola no puedo, así que salgo a la calle y cuando veo a alguien fuerte le digo: ¿me puede ayudar un momento? Luego lo limpio y lo preparo para la función.
También, desde hace unos años, cuento con mis niñas de San Antonio, un grupo de colaboradoras que, junto a mi hija Lourdes, se encarga de meter los panecillos en el sobre. Además, está ‘El coro de la familia’, que canta en la misa y, para el reparto, mis tres nietos: Manuela, Guillermo y Miguelito, que espero, si Dios quiere, sigan con la tradición.
Los panecillos son el atractivo, lo importante es que la revista no se pierda”
A excepción de estos, nadie más me ayuda, también porque yo no quiero. Mientras pueda, lo voy a hacer, porque a mí el Santo me ayuda más que yo a él.
P.–¿Por qué San Antonio?
–Yo no puedo explicar de dónde surge mi devoción ni por qué me viene. Yo le rezo todos los días por la mañana y por la noche. Pero tengo que decir que San Antonio es mundialmente reconocido y el santo de todas las causas: para los estudios de los niños, para los enfermos, para la gente que se casa, etcétera. El Santo de los Milagros, así se le llama a San Antonio, que no era de Padua, sino de Portugal y no se llamaba Antonio, sino Fernando.
P.–¿Qué sentido tiene repartir los panecillos?
–El reparto de panecillos forma parte de mi labor como propagandista de ‘La Voz de San Antonio’. Es el atractivo, lo importante es que la revista no se pierda, quien quiera suscribirse está en Sevilla, en la calle Carlos Cañal, número 15. Son solo 15 euros al año, te envían un ejemplar y un calendario cada tres meses y el poquito dinero que sobra es para dar bocadillos, porque todavía hay hambre y va la gente a pedirlos a los Franciscanos de Sevilla. También se puede llamar al 954 21 68 12.
Desde hace un tiempo, cuento con unas colaboradoras, mis niñas de San Antonio”
P.–¿Qué le pide este año a las personas que se acerquen al acto?
–Que, por favor, no se pongan nerviosas, que hay panecillos para todo el mundo, que no provoquen aglomeraciones. Y es que viene gente de muchos sitios, incluso de Algeciras y de Cádiz, a coger todos los que puedan. Yo los doy con mucho gusto, porque para eso lo hago: por la fe y para que la gente los tenga. También les pido que se suscriban a la revista ‘La Voz de San Antonio’, que es el principal objetivo de esta actividad y que le recen.
P.–¿Algo más para terminar?
–Le deseo a todo el mundo mucha salud y mucha felicidad en la feria y todos los días del año, a la vez que me gustaría dar las gracias a los medios de comunicación por el apoyo que me prestan siempre.
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