El centro comercial de La Longuera tendrá que seguir esperando su ejecución

Pese a que las Normas Transitorias recogen el marco legal que posibilita su desarrollo, la empresa adjudicataria descarta impulsar la iniciativa mientras no mejore la situación económica

Un cartel de grandes dimensiones en La Longuera sigue ofreciendo superficies en alquiler en el centro comercial, siete años después.
Un cartel de grandes dimensiones en La Longuera sigue ofreciendo superficies en alquiler en el centro comercial, siete años después.
Antonio F. González Chiclana

27 de octubre 2013 - 01:00

Siete años después de que el proyecto del centro comercial de La Longuera fuera adjudicado a la UTE Martín Casillas-Ibervias Ingenieros, una adjudicación que se produjo precisamente el 27 de octubre de 2006, esta iniciativa sigue sin contar con un plan de actuación de cara a su desarrollo, más próxima a ser condenada al olvido que a su impulso definitivo.

Y ello a pesar del interés que la firma adjudicataria sigue asegurando que tiene en el proyecto, y de que la reciente aprobación y entrada en vigor de las Normas Transitorias haya dotado del marco legal necesario a esta iniciativa, algo que le fue denegado con la anulación del PGOU por los tribunales y la vuelta a unas normas subsidiarias que no contemplaban la posibilidad de ejecutar esta actuación en dichos terrenos.

En este sentido, la propia delegada municipal de Urbanismo, Marisol Ayala, ha explicado a este medio que, como ya se había anunciado en reiteradas ocasiones durante los últimos años, la solicitud a la Junta de que se incluyera en dichas Normas Transitorias el marco legal que permitiera el desarrollo de este proyecto se ha plasmado en la citada normativa, exigiendo para su ejecución la redacción previa por parte de la empresa adjudicataria de un plan especial.

Sin embargo, y a tenor de las manifestaciones realizadas a este medio por parte del representante de la firma Martín Casillas, Enrique Piñeiro, no parece muy cercano el desbloqueo de dicha actuación, una paralización de la iniciativa que Piñeiro explica argumentando que "la precaria situación económica generalizada que existe en la actualidad hace totalmente inviable la puesta en marcha de un proyecto de estas características, dado que ni los bancos están dispuestos a dotar a las empresas de la financiación necesaria, ni los operadores comerciales asumen el riesgo de embarcarse en este tipo de iniciativas en la actual coyuntura".

Asimismo, desde la citada empresa se argumenta que ha habido otros cambios desde la adjudicación del proyecto hasta ahora, "modificaciones sustanciales que obligan a un replanteo de determinadas cuestiones y al análisis del proyecto desde la perspectiva actual", asegura Piñeiro. En este sentido, el representante de Martín Casillas hace referencia a la falta de avance y la incertidumbre que rodea a la Ronda Oeste, una actuación estrechamente vinculada al proyecto del centro comercial y cuyo desarrollo, o no, también condicionaría la redacción del requerido plan especial, así como a la propia indefinición urbanística que ha rodeado a la ciudad en los últimos años y que, pese a la reciente entrada en vigor de las Normas Transitorias, sigue condicionando actuaciones como ésta.

Por todo ello, y pese al interés que aseguran mantener en la iniciativa, argumentando las importantes cantidades de dinero invertidas ya en la misma y las prórrogas de las licencias comerciales que han tenido que tramitar, desde Martín Casillas se descarta un impulso a corto plazo de esta iniciativa, mientras no mejore la situación económica general y dicha mejoría posibilite que se abran los cauces necesarios para impulsar un proyecto de esta envergadura. "El proyecto no tiene plazos para su puesta en marcha, y menos después de los numerosos cambios que han sufrido algunos de los aspectos mencionados y que se encuentran estrechamente relacionados con su desarrollo, pero desde la empresa adjudicataria estamos dispuestos a mantener abierta la posibilidad de su ejecución y así se lo hemos hecho saber al Ayuntamiento en los diferentes contactos que hemos mantenido con los responsables municipales a lo largo de los últimos años", ha explicado Enrique Piñeiro en este sentido.

Cabe recordar que el centro comercial diseñado por la citada UTE, a la que le fue adjudicado el proyecto en 2006 y posteriormente readjudicado en 2010 tras ser recurrida la primera adjudicación, tenía previsto originariamente destinar 3.068 metros cuadrados a superficie para alimentación, mientras que la superficie comercial alcanzaría los 16.919 metros cuadrados. Asimismo, en dicho complejo se destinarían más de 3.700 metros cuadrados a salas de cine, mientras que la oferta de restauración alcanzaría los 2.994 metros cuadrados. Por último, el parque comercial contaría con 3.289 metros cuadrados para ocio y 2.230 plazas de estacionamiento subterráneo, por 230 en superficie.

Además, la oferta recogía la creación de una plaza multiusos en La Longuera con un aforo de 7.000 espectadores, la construcción de un nuevo estadio de fútbol con cabida para 5.000 espectadores, una campaña de ayuda al comercio local y la reorganización de la zona adyacente en la Avenida de Diputación, para facilitar los accesos peatonales y el tráfico rodado, que se soterraría.

Tras estas primeras propuestas recogidas en el proyecto al que fue adjudicado el contrato, y con los sucesivos cambios producidos en torno a las distintas iniciativas relacionadas con la actuación, las mejoras introducidas por la empresa, como la construcción de la plaza multiusos o el estadio de fútbol, fueron sustituidas posteriormente por una dotación económica, algo sobre lo que tampoco se ha concretado nada tras la paralización del proyecto.

No obstante, fue a final de 2011 cuando tanto Ayuntamiento como empresa adjudicataria confirmaron su interés por desbloquear dicha actuación e impulsar la iniciativa, todo ello a pesar de la crisis general que ya entonces existía. En aquel momento, se supeditó dicho desbloqueo a la aprobación de las Normas Transitorias para que el proyecto volviera a contar con el respaldo legal de las normas urbanísticas tras la anulación del PGOU por los tribunales, algo que ahora, una vez recogida dicha posibilidad en las citadas normas, parece volver a descartarse por los condicionantes económicos, sin fecha alguna en el horizonte donde situar su posible desarrollo.

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