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Chiclana

Respirando Historia: una mirada viva al Museo de Chiclana

Jesús Romero sostiene el cuadro 'Flores' de Sebastián Tessa Arias

Jesús Romero sostiene el cuadro 'Flores' de Sebastián Tessa Arias / Manuel Aragón Pina

Cuando se piensa en Chiclana, es fácil dejarse llevar por la imagen de sus espectaculares playas o el encantador poblado de Sancti Petri. Sin embargo, esta ciudad gaditana va mucho más allá de sus costas de postal. Chiclana se enorgullece de un centro histórico vibrante, que cobra vida cada mañana con la bulliciosa actividad de sus habitantes, quienes acuden al Mercado de Abastos para realizar sus compras diarias, tejiendo así la tela de la vida cotidiana de este pintoresco rincón del sur de España.

En medio de estas calles llenas de historia y tradición ha surgido un verdadero tesoro cultural: el Museo de Chiclana. Ubicado en pleno centro del casco histórico de la ciudad, este museo ha sido desde su inauguración en 2010 un faro de conocimiento, historia y arte, tanto para residentes como para visitantes por igual. 

"El origen de este museo no se debe a la existencia de una colección previa que exigía la creación de un espacio museístico, sino que es el resultado de una decisión política decidida: la voluntad de crear un museo que, con el tiempo, se consolidara en el espacio que hoy disfrutamos. Fue un acto cargado de potencialidades y visiones de futuro", comenta el director, Jesús Romero, quien añade que “al iniciar este proyecto, apenas contaban con cuatro piezas, lo que demuestra que el impulso para su creación fue más una aspiración de tener un museo que una realidad tangible. Sin embargo, desde entonces, ha aspirado a ser más que una mera colección de objetos, buscando siempre trascender las limitaciones iniciales".

Retrato de Federico Godoy Retrato de Federico Godoy

Retrato de Federico Godoy / D.C.

Aunque al principio contaba con un número reducido de piezas, este espacio cultural ha experimentado un crecimiento notable, tanto en su extensión física como en su importancia, convirtiéndose en un epicentro de actividades culturales y educativas. Jesús Romero resalta que “el museo es dinámico, se encuentra en constante evolución y, por ello, queremos que el público experimente la vitalidad de nuestras exhibiciones. Desde su apertura, el número de visitantes ha ido en constante aumento. Inicialmente, recibíamos alrededor de 300 visitantes al mes, pero ahora con frecuencia superamos los 1.000 y hemos llegado a alcanzar alrededor de 2.600, por lo que no es un museo estático; hay un flujo constante de personas”.

En la actualidad, el Museo de Chiclana se estructura en torno a dos pilares fundamentales: la programación de exposiciones temporales y la colección permanente. Esta última ofrece un cautivador viaje a través de diversas épocas, eventos, figuras destacadas y obras representativas de Chiclana, proporcionando una experiencia inmersiva que va más allá de la simple transmisión de información. Cada obra, ya sea una pintura, escultura o fotografía, cuenta una historia fascinante que transporta al público a través del tiempo y el espacio.

Las exposiciones temporales, por su parte, exploran diversos aspectos de la cultura local y proporcionan una visión dinámica de la historia y el arte, atrayendo a una amplia audiencia y promoviendo el diálogo intercultural. Además, se llevan a cabo exposiciones bajo el nombre 'Contextos del Museo de Chiclana', que profundizan fonográficamente en los temas presentes en las exhibiciones permanentes, enriqueciendo así la experiencia del visitante con nuevos contextos y perspectivas. Cada año, presenta dos o tres para ampliar aún más su alcance y contenido.

Mujer observa los cuadros de la exposición 'Artistic Tattoo Repair' de Mariló Fernández Mujer observa los cuadros de la exposición 'Artistic Tattoo Repair' de Mariló Fernández

Mujer observa los cuadros de la exposición 'Artistic Tattoo Repair' de Mariló Fernández / D.C.

Además de su faceta expositiva, este santuario cultural también desempeña un papel activo en la investigación y la organización de actividades culturales, abarcando desde conferencias y cursos hasta presentaciones de libros y conciertos. "A través de nuestras diversas iniciativas, buscamos enriquecer la vida cultural de nuestra comunidad. Sin embargo, este enriquecimiento conlleva una responsabilidad importante: la conservación y restauración de las obras que albergamos, garantizando así su preservación para las generaciones futuras", destaca el director.

Las colecciones del recinto abarcan una amplia variedad de temas, desde la arqueología hasta el arte contemporáneo, con destacados tesoros como la colección del pintor Agustín Segura, cuya influencia perdura en Chiclana a lo largo de los siglos.  Lo que comenzó como una modesta colección de siete obras ha crecido considerablemente, duplicando ahora su tamaño. “Nuestro objetivo es no sólo adquirir obras por el mero hecho de tenerlas, sino por completar y enriquecer nuestro contenido", enfatiza Jesús Romero. "Por ejemplo, teníamos explicaciones textuales sobre la importancia del desnudo en la obra de Segura, pero carecíamos de una representación visual. Ahora, con la adquisición del cuadro de  'Adán y Eva', hemos podido ilustrar esta faceta de su trabajo. Este enfoque selectivo se refleja en todas las adquisiciones, cada una con un propósito específico y una intención clara”, añade.

“Ocasionalmente también exhibimos piezas invitadas que complementan nuestra colección durante uno o dos meses, un ejemplo destacado fue la exposición especial de Semana Santa 'Aprendiendo con Pasión' “, cuenta el director, quien destaca “otra iniciativa conocida como la 'pieza del mes', donde seleccionan una obra de sus fondos para exhibirla públicamente. En ocasiones especiales o conmemorativas, incluso se retira temporalmente una pieza de la colección permanente para destacarla, brindando al público la oportunidad de apreciarla de una manera nueva y significativa. Esta iniciativa invita a la gente a descubrir y valorar piezas que podrían haber pasado desapercibidas en su contexto original, resaltando así la experiencia museística”. 

Baco de Antonio Benítez. Baco de Antonio Benítez.

Baco de Antonio Benítez. / D.C.

Jesús Romero afirma que “están siempre activos, buscando nuevas formas de mejorar y sorprender tanto a los turistas como a los propios vecinos”. "Entendemos que la repetición puede llevar al aburrimiento, por lo que es vital para nosotros seguir innovando y ofreciendo nuevas experiencias. Nuestro lema desde 2013 ha sido 'Museo de Chiclana: ven y vuelve', invitando a todos a disfrutar y volver a nutrirse de nuestras obras de arte".

"Reconocemos que somos un museo modesto, pero trabajamos incansablemente para que nuestras colecciones sean cada vez más valiosas y sólidas", continúa el encargado. "En muchos grandes museos se cuida la apariencia, pero descuidan los contenidos. En cambio, aquí nos esforzamos por cuidar cada una de nuestras piezas. Los visitantes llegan sabiendo que vienen a un museo de pueblo, pero se sorprenden gratamente por la calidad y diversidad de nuestras exposiciones. El museo ha contribuido significativamente a desestacionalizar el turismo, ofreciendo una alternativa cultural a aquellos que buscan algo más que sol y playa".

No sólo es un espacio para contemplar obras de arte, sino también un centro de aprendizaje y participación comunitaria. A través de programas educativos, visitas guiadas y talleres, se busca involucrar a personas de todas las edades en la exploración y apreciación del patrimonio cultural. Además, este emblemático recinto colabora estrechamente con instituciones educativas locales, proporcionando recursos que enriquecen el plan de estudios y la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.

'Gato entre flores', Sebastián Gessa Arias. 'Gato entre flores', Sebastián Gessa Arias.

'Gato entre flores', Sebastián Gessa Arias. / D.C.

"Mirando hacia el futuro, estamos sumamente entusiasmados con nuestros ambiciosos planes, que incluyen la expansión del museo para incluir salas didácticas, una biblioteca y espacios especializados para la restauración de obras. Además, estamos inmersos en la creación de una exposición de verano titulada 'Don nadie: retratos para la posteridad', una exploración profunda sobre la vanidad y el retrato a través de una cuidadosa selección de marcos y espejos. Esta exposición ofrecerá a los visitantes la oportunidad única de contemplar retratos de individuos desconocidos, cuyas identidades se han perdido en el anonimato, invitándolos a reflexionar sobre su legado y su significado para las generaciones venideras", concluye Jesús Romero.

Este emblemático edificio ha dejado una marca imborrable en la comunidad local y ha contribuido significativamente a la promoción del turismo. Su compromiso con la preservación y difusión del patrimonio cultural ha sido fundamental para mantener viva la historia de Chiclana y para inspirar a las generaciones futuras a apreciar y valorar su legado. Con cada exposición y evento, el Museo de Chiclana reafirma su posición como un faro de cultura y conocimiento en la costa gaditana, enriqueciendo la vida de quienes tienen el privilegio de visitarlo.

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