Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Arte Vivencias en un taller de pintura

Premio a la constancia y a la humildad, pincel en mano

  • Dos alumnos del taller de pintura de Antonia Domínguez, Luis Mayo y Sara Piñero, han sido recientemente galardonados en el séptimo concurso de aves de Andalucía

El taller de Antonia Domínguez rebosa pintura en todos sus rincones. El local está repleto de un sinfín de cuadros, bocetos, colores y demás utensilios de pintor que hacen de este singular espacio diáfano uno de los mejores lugares para lanzarse a la aventura de representar el mundo sobre un lienzo.

Los alumnos, enfrascados en su propio arte, nos permiten introducirnos en el santuario de su creación que Antonia, con una amabilidad extraordinaria, se encarga de mostrarnos con todo lujo de detalles.

Durante estos días, en el taller están de enhorabuena. Resulta que dos de los alumnos más aventajados han recibido un premio importante en lo que al ámbito andaluz se refiere. Se trata del séptimo concurso de pintura de aves de Andalucía que se ha celebrado con motivo del Día Mundial de las Aves y que, además, ya ganó Antonia Domínguez en el año 2004, cuando el certamen daba sus primeros pasos.

Hoy en día, seis años después, se ha convertido en un premio consolidado en el que esta pintora y profesora de dibujo ha vuelto a tener protagonismo. En concreto, los galardonados han sido Luis Mayo Salinas, quien ha obtenido el primer premio de la categoría C (que recogía a todos aquellos que se presentaban por libre) y Sara Piñero García, que obtuvo el Accésit en la misma categoría pero en la modalidad de niños.

Desde su lienzo anaranjado donde recoge la luz de un atardecer en el bosque, Luis nos cuenta su bonita historia personal. Él, que nunca había pintado nada, llevaba a su hijo hasta el taller de Antonia para que aprendiera a pintar. Todas las tardes, mientras el niño se educaba en la pintura, daba un paseo por los carriles que rodean al taller. Afortunadamente, el campo es muy peligroso y Luis nos confiesa que en el momento en que se torció su tobillo, se vio privado de realizar sus largas caminatas por El Marquesado. En ese momento y a raíz de su oportuna lesión, decidió esperar a su hijo en el taller sumándose él también a la pintura. Sosteniendo su taza de té con la mano nos revela que en aquel momento descubrió una de sus pasiones.

El caso de Sara es diferente. Ella vive a escasamente dos manzanas del taller y lleva tres años aprendiendo a pintar con Antonia. Su éxito se basa en esa constancia tan importante para todos los artistas que la hacen convertirse en una de las alumnas más antiguas del taller.

Por sus obras, 'Búho Real' la de Luis, y 'Ganga Ibérica' la de Sara, recibirán un merecido premio que consiste en la edición, por parte de la Consejería de Medio Ambiente, de unas postales y calendarios con sus dibujos. Además, serán galardonados en una fiesta el próximo 8 de octubre en el paraje natural de las marismas del Odiel, en Huelva, alargando la lista de éxitos de este pequeño taller situado en el carril de Leche Santa del Marquesado.

Sus alumnos han protagonizado exposiciones como la denominada 'Evasión', en 2008 o la de Paisajes, de 2007 en la oficina de turismo. También Paula Aragón Suárez fue galardonada como la mejor artista local.

La historia de esta iniciativa se remonta tres años atrás en el tiempo cuando Antonia Domínguez decidió abrir un taller de pintura para enseñar, de manera sutil e indirecta, las técnicas más importantes de este tipo de arte. En cualquier caso, su magisterio es siempre orientativo, tal y como nos comenta, con sus propias palabras intenta "sacar el máximo provecho de su manera de trabajar porque no quiero coartar su medio de expresión". Por eso los alumnos pueden volcar sobre el lienzo su forma personal de captar el mundo, eso sí, aprendiendo de su maestra el vehículo para hacerlo. Aquí, alumnos y profesora se aportan mutuamente ejercitándose ambos en la actividad de aprender.

Además, el taller cobra vida propia. Todos los alumnos, mayores que suelen acudir por las mañanas y niños, que lo hacen por las tardes, se sienten parte de este bonito proyecto que Antonia cuida con iniciativas propias como las exposiciones que monta de todos los trabajos de los alumnos, preámbulo de una fiesta en la que todos pueden participar. Una vez más el éxito de las buenas intenciones no ha quedado en entredicho y ha insuflado a este pequeño taller la dosis de triunfos que necesita toda buena iniciativa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios