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Chiclana

Miguel Ríos y "los hijos del rock and roll" iluminan Concert Music Festival

Miguel Ríos en Concert Music Festival

Miguel Ríos en Concert Music Festival / JESÚS CUEVAS (Chiclana De La Frontera)

Miguel Ríos «no pudo aguantar las ganas de oíros cantar» y, por eso, ha regresado después de más de diez años sin pisar los escenarios. La cita de este sábado en Concert Music Festival ha sido la primera del artista granadino en las tablas de este escenario y no ha dejado indiferente a nadie. Los hijos del rock'n'roll fueron recibidos con alegría y con una gran fiesta de bienvenida con Miguel Ríos y su nueva banda The Black Betty Trío. 

Al ritmo de Hola Ríos, Hello el público le pedía "otro chute de Rock" al empezar la función. Y es que ha pasado Un largo tiempo, nombre de su último trabajo, desde que Miguel Ríos decidiera «no envejecer nunca en el escenario». Ahora a sus 78 años, Miguel Ríos, uno de los pioneros del rock en España, está disfrutando de su regreso a la música con su banda The Black Betty Trío. Esta canción con la que arrancó la noche sigue siendo el tema Bye Bye Ríos, pero revisitada. Además, es una letra que hace un guiño cómico a la vuelta del artista granadino a los escenarios. 

«Buenas noches, bienvenidos hijos del rock & roll, los saludan los aliados de la noche». Con este clásico de Miguel Ríos dio la bienvenida al concierto como mejor sabe hacer, interpretando junto a su banda los éxitos que han marcado su carrera. "Chiclana, qué bien suena tu nombre", declaró Miguel Ríos al acabar su canción. “Bienvenidos a la gira Un largo tiempo. Estamos encantados de actuar aquí por primera vez, en Sancti Petri, qué sitio más maravilloso y qué bien lo he pasado comiendo tortillitas”, confesó el artista. Agradecido con “sus mecenas”, refiriéndose a su público, por ayudarlo “a seguir en este oficio tan bello”. Con Hola Ríos, Hello cantó “las razones por las que he vuelto a subirme a un escenario después de retirarme más que Antoñete”. Miguel Ríos aseguró que “era por oíros cantar y lo habéis hecho de puta madre”.

En esta gira, Miguel Ríos y su banda The Black Betty Trío van alternando canciones del disco nuevo con los éxitos que han marcado la larga trayectoria del maestro del rock español. “Voy a presentar la primera canción de este disco que habla de mi tierra y de mis influencias cuando era jovencito. Se llama Memphis-Granada”, adentrándose en este tema recitaba con absoluta exquisitez cómo la primera vez que escuchó rock’n’roll. 

El acompañamiento musical era una delicia acústica para los asistentes. The Black Betty Trío está compuesta por el violinista Manu Clavijo, el pianista y guitarrista, Luis Prado y “el productor del disco y el compositor de todas las canciones y guitarrista”, José Nortes; como así los presentó Miguel Ríos. Una vez versionada Maruzzella, de Renato Carosone, continuó la mágica velada sintiendo “el aire tibio y la brisa del mar” Por San Juan, “el rito del fuego, la purificación y la llegada del verano la convierten probablemente en la noche en la que el ser humano aprendió a soñar”. Y con este tema, también incluido en su último trabajo, relató una historia de pasión a orillas del Mediterráneo.

Viajando en el tiempo, Miguel Ríos volvió a Granada, “a las canciones que yo vendía y me salvaban la vida. Vendía mis canciones en la tienda de Olmedo y me dieron a conocer al mundo”. También invitó al público a mover las caderas “aunque estéis sentados y sin cinturón de seguridad” y enseñando cómo se hacía, se movía al ritmo de Cruce de caminos. Entre temas y monólogos, Miguel Ríos llevaba la batuta de la Orquesta y no solo con sus músicos, también con los técnicos de luces y sonido. También hubo tiempo para la reivindicación, porque “todo el mundo sabe el mundo escabroso y terrible de la prostitución. Su sordidez ya no resiste el halo de la vanguardia y bohemia como en antaño cuando los poetas y los intelectuales iban a los burdeles. Aunque el ser humano ha evolucionado, necesita evolucionar más, sobre todo los hombres; porque pagan y compran unas horas de esclavitud de alguien tan perfecta como la madre o la hermana de uno, y por eso existen los burdeles”, adentrándose en el clásico Raquel es un burdel, extraída de la ópera Seducción y caída.

El recital estuvo cargado de soul, rock, blues e incluso de country y sonidos cabareteros. Transportándose a Luna de Alabama, canción de Bertolt Brecht y de Kurt Weill, deleitó a su público más fiel. Miguel Ríos confesó que le gustaba la música country y que aprendió a quererlo en los cines de su barrio granadino. “Móntense en su caballo para escuchar A contra ley”.

Con un estruendoso aplauso, “las ladies and gentleman” disfrutaron de la música country, antes de seguir En la frontera. “Chiclana sabe de fronteras porque la lleva en el nombre, pero esta es más dura que la del viejo Oeste, está a muy pocos metros de aquí y solo tienes que mirar la tele para darte cuenta de lo que está pasando y que es una gran putada”, reivindicó el artista.

Continuando con el recital, pero con música más tranquila interpretó Todo a pulmón y “una canción que hemos escrito para las chicas de mi generación”, que se llama El Blues de la tercera edad. Miguel Ríos le canta a la vida y también a la actualidad. Su espíritu reivindicativo, propio de la generación que le tocó vivir, le llevó a dirigirse al público femenino para asegurarle que No estás sola. Un tema que escribió para cantársela a su hija como una nana y que ahora sirve como reivindicación “por la moda esta de darle pinchazos a las mujeres para que no salgan de casa”.

Tras El Blues del Autobús, se toma un breve descanso para presentar a dos de sus músicos de The Black Betty Trío, Manu Clavijo y Luis Prado. Insistiendo en la importancia del mecenazgo, les tendió la mano para que interpretaran sus temas propios y darse conocer al público de Concert Music Festival. Con Año 2000 el público se viene arriba y baila este tema con el que comenzó una nueva era, acompañado de los ritmos melódicos y elegantes de su banda.

El poeta Luis García Montero, que hoy está aquí con nosotros, escribió un poema llamado Oración que nosotros convertimos en una canción para sumarnos al clamor planetario en contra de la terrible e interesada criminal guerra de Irak, recuerdo que el planeta salió a la calle, pero no pudimos parar aquella guerra. Hoy os la canto, pero con la mente puesta en la invasión de Ucrania”, explicó Miguel Ríos antes de dirigirse a su público como un profeta a capela: “a vosotros, que cortáis la manzana de la muerte con el anonimato de una guerra, os pido caridad (…)”.

Recibiendo un fuerte aplauso, agarró su guitarra y puso ritmo a la noche con una canción más folk, creada a partir de la pandemia y que reflexiona sobre ella. La Estripe de Caín está incluido en su último trabajo con The Black Betty Trío. Más rock con Memorias de la carretera y Sábado en la noche, cambiando la letra del final con “En Chiclana se está fenomenal y sois un público que moláis cantidad”. Como un eco que regresa como Rock and roll bumerang, las voces del público cantando al unísono con el artista, resonaban en el recinto de Concert Music Festival.

Una vez animado el ambiente, nadie quería marcharse. El público le gritaba que cantara las canciones que querían escuchar, a lo que un simpático Miguel Ríos bromeaba: “No os fatiguéis. Vamos a aceptar las peticiones hasta las siete de la mañana, el único problema es que nos van a llamar la atención. ¿La chica de ayer?, esa me la sé”. Y con esta complicidad lanzó los temas Para que yo me llame Ángel González y El Río.

Miguel Ríos volvió al escenario porque quería escuchar al público cantar y como lo prometido era deuda interpretó el aclamado Santa Lucía, que puso a todo el recinto en pie. Todos tarareaban, azafatas, público, camareros, seguridad, etc., la música de Miguel Ríos fue, sin dudas, un Himno a la alegría para Concert Music Festival.  

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