Un Raphael 'Raphaelísimo' reafirma que sigue siendo aquel que cautiva a su público
El aclamado artista regresó a Concert Music Festival ofreciendo un amplio repertorio de éxitos con motivo de su gira
Búscate en el concierto de Raphael en Concert Music Festival de Chiclana
¿Raphael? Mejor aún, Raphaelísimo. El gran referente de la música española, que a sus 82 años y, tras superar un linfoma cerebral, sigue llenando recintos con su nueva gira, venía dispuesto a vivir su Gran Noche y a reencontrarse con su fiel público. Con más fuerza y energía que nunca, un imparable Raphael era recibido con honores, un año más, en Concert Music Festival.
El aclamado artista es toda una leyenda viva, cuyos éxitos perduran en el tiempo y conquistan a nuevas generaciones. Una música que pasa de abuelos a nietos, de padres a hijos, consiguiendo así reunir a las familias en una noche inolvidable en el poblado marinero de Sancti Petri (Chiclana).
La emoción se palpaba en el ambiente, pero también las ganas de vivir una gran noche de fiesta musical. Puntual a su cita, un emocionado Raphael caminaba con paso decidido por el Auditorio principal, recibiendo una gran ovación y muestras de cariño de su fiel público. Visiblemente emocionado por haber vuelto a este escenario, el aclamado artista abrió La Noche con este tema que dejó en silencio al público presente.
Y es que, cuando Raphael canta, el mundo parece que se detiene. En algunos de sus grandes éxitos como Yo sigo siendo aquel, Cierro mis ojos y Digan lo que digan, el artista reafirmó que había vuelto para quedarse y, con garra y mucho poderío, llevó su intocable e inconfundible voz a cada uno de los rincones del poblado marinero de Sancti Petri. Con Mi Gran Noche el público le hacía los coros y tocaban palmas para acompañarle en este tema tan bailable.
Una noche de estrellas iluminaba la actuación estelar del gran artista, quien brillaba aún más con su chaqueta negra repleta de brillos y se encumbraba a la constelación de Concert Music Festival. Raphael -o Raphaelísimo más bien- estuvo acompañado por su magnífica orquesta, compuesta por piano, batería, guitarras, percusión y viento. Solo en algunos temas más íntimos de su repertorio como, por ejemplo, Si no estuvieras tú y Amo, Raphael cantaba sentado, arropado por sus músicos y el calor de su público. En otros, el artista se dejaba llevar por el ritmo y se movía con elegancia por el escenario.
Un viaje por sus grandes éxitos
Raphael hizo un viaje sensorial en el tiempo y, además de deleitar con su repertorio de grandes éxitos, se detuvo en el álbum Ayer…Aún. El maestro de ceremonias rescató dos clásicos de la música francesa para versionar, con su inconfundible estilo, Padam…Padam y La vida en rosa (La Vie en Rose), obras maestras de Édith Piaf. El amor estaba en el aire y, por eso, no dudó en continuar su recital con Himno al amor, Malena y Estuve enamorado.
Durante la velada musical, lo mismo había canciones con las que se hacía un silencio sepulcral, otras con las que el público se emocionaba y soltaba alguna que otra lágrima; y, otros temas con los que no podían dejar de cantar y tocar palmas. Raphael era capaz de dirigir y controlar las emociones con su vibrante voz, cual director de orquesta.
En la recta final del grandioso espectáculo, que duró dos horas y contó con 26 canciones, también hubo momentos para darle Gracias a la Vida, incluso para seguir apostando por el amor con Estar enamorado y Ámame. Con desgarro y coraje predicaba Qué sabe nadie, llevando su voz a niveles inalcanzables que solo él es capaz de dominar. Una vez más, reafirmó Yo soy aquel, antes de montar un Escándalo entre el público al interpretar este clásico que no puede faltar en su repertorio. Y, como era una noche dedicada al amor, con maestría y elegancia, se despidió cantando la célebre canción de Rocío Jurado, Como yo te amo, inyectando en los corazones de sus fieles un recuerdo imborrable del majestuoso regreso de Raphael a los escenarios. Un amor correspondido, pues se volvió a demostrar que al maestro se le quiere, y mucho.
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