El dulce típico de este pueblo de Cádiz que no puede faltar el Domingo de Resurrección

Los más pequeños le muestran al Resucitado los hornazos antes de disfrutarlo con familia y amigos

Ruta del Bollo de Arcos: una delicia de Semana Santa para endulzarte como nunca en este pueblo de Cádiz

Imagen de archivo de unos hornazos
Imagen de archivo de unos hornazos / Cosas de Comé

La Carrerita de San Juan de Alcalá del Valle viene acompañada de una ofrenda muy dulce y especial. El Domingo de Resurrección es un día muy significativo para este pueblo de Cádiz ya que tiene lugar esta tradición del siglo XVIII, en la que el Santo es llevado por los jóvenes a gran velocidad por las calles de la localidad hasta encontrar a la Virgen y avisarle de la Resurrección de su hijo.

En un día como este, la gastronomía es también protagonista de esta festividad. Los más pequeños, junto a sus padres, muestran los hornachos a la imagen del Cristo Resucitado y, justo cuando pasa la talla, cada uno empieza a comer este dulce típico elaborado previamente en casa.

Los hornazos son típicos del Domingo de Resurrección. Los tradicionales se preparan con masa de pan, se moldean y llevan tres huevos cocidos. Sin embargo, esta receta ha ido evolucionando con el tiempo y puedes encontrártelo con galletas de barquillo, galletas de nata y un poco de caramelo líquido. La peculiaridad de este dulce es que puedes darle la forma que más te guste, de manera que algunos se presentan como castillos, barcos o automóviles.

El origen de esta ofrenda puede deberse a una tradición del siglo XVIII, cuando se ponía un mercado durante el Domingo de Resurrección. Los vecinos del pueblo compraban hortalizas y se las ofrecían al Resucitado. Ahora, las calles suelen estar llenas de este producto típico de Alcalá del Valle en este día, a modo de ofrenda, y para disfrutar de él.

Según indica Turismo de Alcalá del Valle, el hornazo es una torta, habitualmente dulce, elaborada a base de masa de pan y decorada con diferentes ingredientes según las zonas, como huevos, almendras, azúcar, algunas especias, etc. Su elaboración y consumo están muy extendidos en múltiples variantes locales en el periodo de Semana Santa.

Siguiendo con esta misma información, asegura que la presencia de los huevos en esta fecha, al final del tiempo penitencial, parece derivar de la prohibición de comer huevos durante la Cuaresma, considerados como carne hasta 1784. La reintroducción de los huevos en la dieta del periodo de Cuaresma ha sido acompañada por un proceso de resignificación de este alimento como símbolo de la vida y de la resurrección.

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