Si la humillante derrota frente al Arroyo era difícil de resistir, el varapalo sufrido ayer por el Cádiz en su visita al Albacete ha puesto en marcha la maquinaria para buscar un nuevo inquilino en el banquillo.

La caída en picado del conjunto cadista pone en el disparadero a Alberto Monteagudo. Tres derrotas seguidas son demasiadas para un equipo que aspira al ascenso y que después de doce jornadas se ha quedado anclado en la undécima posición cada vez más alejado de los puestos que dan acceso a la fase de ascenso.

Todo apunta a que los movimientos ya se han iniciado entre los responsables del Cádiz por si llega el momento, siempre delicado, de ejecutar la operación de relevo en el banquillo. Lucas Alcaraz ha sido tentado para coger las riendas del equipo amarillo, pero el técnico andaluz no está por la labor de hacerse cargo de una escuadra de Segunda División B pese a que siempre ha tenido ilusión por entrenar al Cádiz.

Otro nombre que podría salir a la palestra es el de Luis García Tevenet, un asiduo en el estadio Ramón de Carranza a los partidos del equipo amarillo. El ex técnico del San Roque de Lepe estaba en la lista de candidatos confeccionada por José Manuel Barla y además tiene una relación fluida con el presidente, Florentino Manzano, y el director deportivo del Cádiz, Antonio Manzano.

No resulta nada fácil despedir a un técnico en un club con telarañas en su cuenta corriente. La precaria situación económica de la entidad es un obstáculo a la hora de prescindir del entrenador y no sería extraño que las personas que llevan el timón en la parcela deportiva traten de convencer a Monteagudo para que el míster presente la dimisión para evitar el abono de la totalidad del contrato.

Alessandro Gaucci ha defendido a Monteagudo con uñas y dientes y se desconoce hasta dónde llega el crédito que el italiano ha otorgado al preparador manchego. Tres derrotas son muchas y el equipo no demuestra madurez a la hora de afrontar los encuentros salvo en contadas excepciones.