Cataluña siempre pasó por ser la región con mayor desarrollo deportivo de toda España durante la época franquista y tres cuartos de lo mismo ha seguido ocurriendo desde la instauración de la democracia, pues su primacía en ese terreno entre las comunidades autonómas no solo se ha mantenido sino que incluso se ha visto aumentada a lo largo del periodo vigente desde la reinstauración de la monarquía.

Mientras el fútbol ha sido y es el único producto consumido en cantidades considerables en innumerables poblaciones del territorio nacional, algo muy distinto acontece con los catalanes, dotados de unas ansias polideportivas que no hallan parangón en el resto de los rincones de la Península Ibérica ni en las islas que forman parte de la nación española.

Esa situación propicia que en suelo catalán existan municipios de envergadura en los que el llamado deporte rey ha ocupado un lugar absolutamente secundario desde hace bastantes décadas. Y esto no implica que a los habitantes de esos lugares les importe un pimiento el deporte. Lo que ocurre en realidad es que otras modalidades por equipos se han convertido en principales abanderadas de los mismos, en la mayoría de los casos con una ventaja enorme sobre el balompié, algo impensable en otras zonas de España. Los ejemplos de ello no son escasos y valgan unos botones de muestra para dejar sin argumentos a los incrédulos. Ahí tenemos a Badalona y Manresa con el baloncesto, a Granollers con el balonmano, a Tarrasa con el hockey hierba... o a Reus con el hockey patines.

Sí, porque el rival con el que se medirá el Cádiz este domingo es un equipo de fútbol que ha vivido siempre a la sombra del que con el mismo nombre practica el hockey patines. Este empezó a despertar pasiones entre los habitantes de la localidad tarraconense a golpe de títulos nacionales e internacionales allá por los años 60 del siglo anterior mientras su homónimo futbolístico malvivía casi olvidado en categorías inferiores. De hecho, el Reus Deportiu futbolero, a pesar de andar cerca de los 108 años de historia, milita por primera vez en la categoría de plata y tampoco es que se le pueda considerar como un habitual de la Segunda División B, en la que acumula únicamente nueve presencias.

Por contra, el palmarés del equipo de hockey patines, sobre todo en la época en que todavía se denominaba Reus Deportivo, es de otra galaxia. En competiciones nacionales ha coleccionado, entre otros, una decena de títulos ligueros, media docena de coronas coperas entre las del Generalísimo y las del Rey o dos Supercopas de España. Si se cruza la frontera, en sus vitrinas figuran siete trofeos de la Copa de Europa, uno de la Recopa de Europa, dos de la Copa de la CERS (equivalente a la Copa de la UEFA o a la actual Liga Europa en el panorama balompédico), una Copa Intercontinental, un Mundial de clubes...

Yendo al origen de ambos Reus Deportiu, el club de fútbol y el polideportivo que tiene como joya principal el hockey patines, fueron de la mano hasta que en 1951 la entidad única se escindió en dos diferentes al atravesar una importante crisis económica. Desde entonces, aunque con escudos casi idénticos y los colores rojinegros en sus indumentarias, el CF Reus Deportivo (hoy CF Reus Deportiu) se dedicó exclusivamente a la práctica del fútbol mientras el Reus Deportivo (hoy Reus Deportiu) conservó las restantes secciones con el hockey sobre patines como preferida por los reusenses amantes del deporte.