El Cádiz rompe por fin su dinámica de cinco encuentros seguidos sin ganar, consigue su primera victoria fuera de casa de la temporada 2016/17, abandona los puestos de descenso después de tres jornadas instalado en la 19ª plaza y ahora, con la moral por las nubes, se dispone a afrontar un nuevo reto de manera inmediata: lograr dos triunfos consecutivos como punto de partida para encadenar más éxitos.

La regularidad es la verdadera clave para convertir en realidad el ilusionante objetivo de la permanencia después de seis largas campañas embarrado el pozo de la Segunda División B. En esa tarea anda enfrascado el conjunto amarillo, que pretende traducir en resultados positivos el carácter competitivo que demuestra sobre el terreno de juego.

En Lugo recuperó la senda victoriosa (con gol de Álvaro García tras el genial taconazo protagonizado por Dani Güiza) y ahora, en el episodio 13º, tiene la oportunidad de adentrarse en una dulce racha si es capaz de sumar tres puntos más en casa, arropado por el manto de la afición, en el choque contra el Huesca.

No es fácil enlazar dos alegrías seguidas. Hay diez equipos de LaLiga 1|2|3 que todavía no han aprobado esa asignatura: Real Zaragoza, Elche, Rayo Vallecano, Mirandés, Mallorca, Alcorcón, Numancia, Almería, Nástic de Tarragona (no ha conjugado en el verbo vencer en 12 encuentros) y Cádiz. Salvo la escuadra dirigida por Raúl Agné -recién aterrizado en la capital aragonesa-, inquilina de la novena posición, todos esos equipos se mueven por debajo del décimo peldaño de la escalera clasificatoria.

El cuadro entrenado por Álvaro Cervera empezó el campeonato con dos empates (frente a Almería y Mallorca) y una derrota, se impuso en el cuarto capítulo al Getafe, perdió en el quinto ante el Reus, volvió a ganar en el sexto contra el Numancia, cayó en la séptima y octava (ante Oviedo y Rayo), firmó tablas en las tres siguientes (contra Girona, Tenerife y UCAM Murcia) y recuperó la agradable sensación del triunfo el pasado domingo en el Ángel Carro. Los pronunciados vaivenes desde principio del presente ejercicio le impiden envolverse en una mínima senda de estabilidad que se transforme en la tranquilidad que siempre es necesaria para encarar los envites. Superar al Huesca el próximo sábado en el estadio Ramón de Carranza conllevaría otros tres puntos y la suma de seis seguidos que impulsarían a los gaditanos a la zona templada. En dos semanas pasarían del sótano a la planta media. Un enorme salto de varios puestos que refleja con claridad la igualdad que impera en la categoría y la importancia de hilvanar triunfos.

Ganar con frecuencia supone un impulso. Entre los 12 equipos que han conseguido ganar al menos dos veces seguidas se hallan los ochos primeros: Levante, Sevilla Atlético, Reus, Oviedo, Huesca, Córdoba, Girona y Lugo. Valladolid, Getafe, Tenerife y UCAM Murcia no aprovecharon sus dos victorias consecutivas para auparse a un buen sitio. Llamativo es el caso del equipo universitario, que después de vencer en la quinta y en la sexta jornada arrastra seis encuentros peleado con el marcador. El filial sevillista, segundo, mantiene abierta una racha de cuatro duelos ganados uno detrás de otro, la mejor de toda Segunda A.

El Cádiz dispone de una ocasión de oro para ingresar en el grupo de los clubes que enlazan triunfos. Es la primera vez que tiene la oportunidad de hacerlo en su feudo después de estrenar su casillero como visitante. El objetivo es aumentar el número de alegrías para equilibrar el balance, que de momento es de tres victorias, cinco empates y cuatro derrotas.

El equipo amarillo, con 14 puntos en su cuenta, ha dejado escapar más (22) de los que ha sumado. Con sus números actuales la proyección sería de 49 a final de temporada, una cifra que, a priori ,parecería ajustada para asegurar la continuidad en la división de plata. Necesita, por tanto, incrementar su producción de puntos para no correr riesgos, de ahí la relevancia que adquieren las victorias. Además del aspecto numérico, ganar aumenta la confianza colectiva e individual.