Un problema que no acaba

La pésima imagen ofrecida durante 87 minutos ante el San Roque mantiene las dudas sobre el verdadero potencial de un equipo que defensivamente sigue dejando mucho que desear

Monteagudo, en el banquillo con cara de circunstancias.
F.j. Díaz / Cádiz

31 de agosto 2012 - 05:02

El Cádiz sigue ofreciendo ante su afición y al resto de conjuntos del grupo IV de Segunda División B, que el trabajo defensivo de todo el equipo continúa mostrando unas carencias tan peligrosas como preocupantes. Después de la pretemporada y los dos primeros encuentros oficiales ante dos conjuntos que, a priori, son inferiores, el equipo amarillo no ha sido capaz de soltar ese lastre que le acompaña desde que echó a andar a finales de julio. Sólo la inocencia extrema del Loja ocultó, en parte, un problema que no acaba y que puede ir a más cuando en el camino se crucen los gallitos de la categoría de bronce.

El San Roque de Lepe, que llegó con varios ex del Cádiz B como el portero Ricardo y los centrocampistas Mohamed y Boateng, se percató pronto del pasillo que había que encontrar para dinamitar la zaga cadista. La mejor prueba fue el primer gol del conjunto de Manolo Zúñiga, con un pase desde la parte del campo del conjunto lepero que Garretas y Garrido se comieron por una mala ubicación de ambos y un peor entendimiento. Esa acción acabó en gol, pero hubo otras similares que sacaron a relucir las vergüenzas de la pareja de centrales que salió de inicio en la Copa.

Cabe esperar que Raúl Albentosa aporte otra capacidad a ese puesto, que Domingo también se entone y que lo de Garretas y Garrido haya sido consecuencia de un mal, una mala semana o una mala pretemporada...

Los laterales, Aitor Núñez (derecho) y Sipo (izquierdo), no se vieron muy favorecidos por la poca oposición de los compañeros que tenían por delante -con el sistema ofensivo que utiliza Alberto Monteagudo, es obligado que Juan Villar y Dieguito ayuden más en labores defensivas-, aunque a Aitor sólo se le puede achacar que físicamente no está bien y que le ha pasado factura ser de los pocos que ha jugado los dos primeros encuentros oficiales. En cuanto a Sipo, se marcó dos o tres entregas pésimas costando una de ellas el segundo tanto del San Roque. Va al choque con mucho corazón y poca cabeza, lo que le provocará que frecuentemente sea tarjeteado. Por hacer una comparación, no mejora a Góngora ni Camille y es inferior al canterano Tomás.

Indiano es el referente, el conductor del juego, el director de orquesta..., pero sin varita ni balón su nivel de sufrimiento se pone a prueba hasta extremos insospechados. Necesita ser más constante y una compañía mejor que la de Moke y Vergara. Precisamente el congoleño exhibió su enésima capacidad de bordar lo complicado y aguar lo fácil. Estuvo sin estar, que ya es difícil, y fue de los más protestados. Vergara es pura voluntad pero sin saber muy bien su labor y si está capacitado para ejecutarla.

Juan Villar dio forma al lema que le acompaña desde su etapa en Huelva, "una bien y dos mal", y Dieguito y Belencoso están obligados a ser importantes, titulares, decisivos, determinantes...

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