¿Fue la presión ambiental la causa del bajo rendimiento de los jugadores del Cádiz en el decisivo encuentro contra el Real Oviedo disputado el pasado domingo en el estadio Ramón de Carranza? Desde la grada pareció que sí, pero los jugadores, los auténticos protagonistas del partido, no lo consideran así. Ellos lo ven de otra manera, como así lo puso ayer de manifiesto Kike Márquez, el que más atinado estuvo en ataque en ese choque resuelto con un marcador adverso.

El sanluqueño no se siente cómodo cuando sale a la palestra la susodicha presión. "Me da coraje que se diga que el otro día nos afectó al ambiente", señalaba ayer en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva de El Rosal. El atacante aseguraba que "todos teníamos ganas de darlo todo. No entiendo que se hable de la presión".

Sí reconocía el futbolista que "el Oviedo nos puso las cosas difíciles y no conseguimos ser nosotros mismos". En su opinión, el conjunto asturiano "apenas nos creó peligro en la primera parte y después, cuando marcaron el gol al inicio de la segunda, al equipo le pesó la situación y jugó más con el corazón que con la cabeza. Nos faltó tranquilidad con el balón, estuvimos espesos y con pocas ideas". Una vez consumada la derrota y conocido el rival al que debe medirse ahora en la siguiente ronda, "hay que olvidar lo que pasó y pensar en el Hércules", apuntaba el mediapunta.

Alberto Prada, incorporado a la disciplina cadista hace menos de un par de semanas, coincide con el parecer de Kike Márquez. "No creo que sea un tema relacionado con la presión, sino que durante los partidos se dan muchas circunstancias, dentro de esos encuentros hay fases y al final gana el que mejor aprovecha", indicaba ayer el lateral. "Todos estábamos deseando vivir ese gran ambiente, aunque a veces las cosas no salen como uno quiere", añadía el defensa, ya con la mente en la siguiente eliminatoria "para poder pasar de fase".

No hay otra alternativa para el Cádiz que mirar hacia delante. "Claudio nos ha dicho que hay que levantar la cabeza y tenemos otra oportunidad", comentaba Kike Márquez, que además conoce de sobra la actitud positiva de la hinchada amarilla, que se lanzó a comprar entradas para el partido de vuelta desde el mismo instante en que salieron a la venta. "Los jugadores vemos las redes sociales y cuando se comprueban las ganas que tiene la afición, eso es algo que nos sirve para motivamos y ponernos de nuevo en pie. Saldremos adelante".

El Hércules, cuarto clasificado del grupo III en el campeonato de Liga, afronta el doble duelo contra el Cádiz con la moral por las nubes después de dejar en la cuneta al Murcia, subcampeón del grupo I y uno de los firmes candidatos al ascenso antes del comienzo del play-off. El sanluqueño explicaba del rival que "es un equipo diseñado para ser primero que quedó cuarto. Merece todos los respetos y no nos importa que su entrenador nos eche la presión encima. Vamos a encarar el cruce con toda la ilusión del mundo".