El encuentro que disputaron el Cádiz CF y el Deportivo de La Coruña la sobremesa del sábado se desarrolló sobre un terreno de juego que presentó un lamentable estado e incluso fue a peor con el paso de los minutos.

El equipo amarillo, que fue el que tuvo que llevar la iniciativa con el balón, se encontró con la dificultad añadida de tener que sobreponerse a un césped en pésimas condiciones para la práctica del fútbol.

Si derribar el muro del conjunto gallego fue una misión harto complicada, más aún en un campo impropio de un equipo que presume de militar en la categoría de plata. pero presentó un terreno más parecido a un club de Segunda B.

El equipo amarillo vuelve al Carranza en once días (el próximo 2 de octubre) para recibir a un hueso como es el Huesca. Tiempo tiene la entidad cadista de mejorar el estado del tapete para favorecer la práctica del balompié.